Sancti Spíritus, 30 oct (ACN) Parado frente a las piezas desperdigadas por el taller y en una verdadera batalla contra el tiempo, José Ignacio Arcia, soldador del central Melanio Hernández, fábrica que desde hace varias campañas asume en solitario la producción de azúcar en Sancti Spíritus, debe ingeniárselas cada día para repararlas dada la falta de recursos que impone el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba.
Trabajo sí hay, y bastante, pero nos hemos organizado bien para que todo salga, afirmó a la ACN con la certeza de que ninguna política norteamericana es más fuerte que los hombres y mujeres que a finales de diciembre volverán a arrancar los molinos del ingenio localizado en la comunidad de Tuinucú, en el municipio de Taguasco.
Con el apoyo del taller de maquinado del Uruguay, la otra industria espirituana que desde hace algunas contiendas detuvo sus máquinas, desmontando elementos de centrales paralizados en el país y acudiendo una y otra vez a los innovadores, reparar y alistar el "Melanio Hernández" se vuelve hoy un verdadero rompecabezas.
Es muy difícil pensar en una campaña en la que no falten accesorios, herbicidas y otros insumos imprescindibles para producir el grano y derivados, apuntaron directivos de la Empresa Agroindustrial Azucarera que este miércoles siguieron muy de cerca la votación en la Asamblea General de Naciones Unidas.
Al colectivo que, tal como afirmaron con anterioridad, tiene un doctorado en la recuperación de todo tipo de piezas, a los equipos médicos que en los cuerpos de guardia, consultas y salas de hospitalización libran una batalla contra el cerco estadounidense, a los trabajadores eléctricos que en este minuto viajan al oriente del país para contribuir con su recuperación les sobran razones para argumentar sus efectos.
Más allá de las presiones ejercidas este año por Washington, 165 países votaron en la Asamblea General de las Naciones Unidas a favor de aprobar la resolución "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba"; mientras, siete lo hicieron en contra y 12 se abstuvieron.
Según expresó en las Naciones Unidas Bruno Rodríguez, ministro cubano de Relaciones Exteriores, no puede ocultarse que, en virtud de esta política, se priva a la nación de acceso a fuentes de financiamiento corriente; de capital de inversión; de remesas; de tecnología para la industria, la producción de alimentos, la infraestructura, el desarrollo científico y los servicios, incluyendo los más sensibles, como la salud.
Resaltó que solo entre el primero de marzo de 2024 y el 28 de febrero de este año, el bloqueo causó a Cuba unos siete mil 556,1 millones de dólares en daños y perjuicios materiales, los cuales se expresan, a su vez, en la vida cotidiana de su pueblo.
