En Cueto las aguas vuelven a su cauce

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ACN - Cuba
Claudia Laura Rodríguez Zaldivar I Foto de la autora
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18 Noviembre 2025

Holguín, 18 nov (ACN) En ser pobre no hay vergüenza, expresó sonriente Enrique Antonio González mientras coloca el relleno de sus colchones al sol para ver si pueden salvarse, en tanto las aguas del río Barajagua, en el municipio holguinero de Cueto, vuelven a su cauce.

   “Tenía cuatro años cuando pasó el huracán Flora”, rememora, aliviado bajo los fuertes rayos de sol que disipan la humedad de las paredes de su vivienda y la de sus vecinos en la circunscripción 49, “y recuerdo que fueron 14 días de lluvias intensas y todo se inundó, pero jamás imaginamos que Melissa sería así”.

   A más de 200 metros tierra adentro, la corriente del Barajagua, desbordado tras horas de incesantes precipitaciones del ciclón, anegaron las casas de la comunidad conocida por La Embajada, donde en el hogar de Ernesto y su esposa el nivel superó los dos metros de altura.

   Al otro lado de la calle, Edilia Martínez Hernández, residente desde hace 28 años, confiesa que nunca antes había vivido una crecida tan grande y rápida, en la que el agua entraba por el frente y por detrás llenando la casa donde ella y su familia se resguardaban, como si fuera una pecera.

   “Éramos 12 personas, porque tenía a algunos evacuados, y no tuvimos tiempo de salvar nada material; salimos corriendo cuando vimos que el río les cubría las rodillas”, relata con la mirada ausente ante el recuerdo aciago.

   Sobre el puente Hamaca, tendido como su nombre lo indica, la corriente fluye aún, veloz, días después del suceso que Ramón Ahumada Pérez, de la localidad de Los Jagüeyes, al otro lado del afluente, describe algo que nunca antes fue visto en el lugar.

   “La comunicación se cortó por completo debido a que no existe una conexión alternativa; viviendas que históricamente no se inundaban, porque estaban a casi 150 metros de la orilla, quedaron bajo el agua, dañando las pertenencias de muchos que perdieron bienes y animales, una muestra del poder destructivo de la naturaleza”, señala.

   "Las horas pasaron y la crecida no cedía, no pudimos volver hasta un día después para ver que había quedado", explicó con resignación Edilia, "fue entonces cuando vimos que todo lo de dentro estaba dañado; la nevera, el fogón y la olla arrocera, que la corriente se llevó porque en la huida, tuvimos que dejar la reja trasera abierta".

   "Lo más valioso no sufrió daños; lo protegimos bien y el resto es recuperable; la mayor pérdida fueron los colchones que ahora intentamos salvar", afirmó Ernesto "por supuesto costará caro volver a como estábamos antes, estos eventos siempre dejan su huella, pero al final todos estamos bien y eso es lo que importa".

   Las riadas, provocadas por el desborde de los ríos Barajagua y Centeno en Cueto, resultado de las intensas y prolongadas lluvias del huracán, alcanzaron el nivel de las primeras plantas e incluso sumergieron viviendas de dos pisos en seis circunscripciones, informó Yolaida Dimas Martínez, vicepresidenta del Consejo de Defensa Municipal.

   “Aunque no lamentamos pérdidas humanas, y eso ya es una victoria, muchos lo perdieron todo y, además de los daños por agua, se registraron derrumbes parciales y totales, así como la caída de cuatro puentes de fábrica en el consejo popular Guamuta, del Plan Turquino; ya recuperamos uno, pero la restauración será lenta en cada hogar cuetense”, apuntó.

   “Mientras, dormimos en un colchón prestado, porque no es fácil hacerlo en el suelo a estas edades; ahí vamos, tirando”, comenta Ernesto y sonríe como quien ha sobrevivido, rodeado del olor a humedad y de las marcas del desastre en las paredes a sus espaldas.