Bayamo, 1 sep (ACN) Desde muy pequeña la joven Rutmerys Velázquez Rosabal tuvo bien definida su vocación por la carrera de Derecho, y era tan leguleya, que su mamá le decía la abogada de la familia.
Así confesó en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias el pasado 29 de agosto, cuando acudió a matricular al Campus II de la Universidad de la provincia de Granma, ubicado en esta ciudad.
Natural del serrano municipio de Bartolomé Masó, Rutmerys subrayó que el paso del tiempo fortaleció esa aspiración, y al concluir el duodécimo grado utilizó tres posibles caminos en pos de hacerla realidad.
A partir del plan de plazas para el ingreso a la Educación Superior en el curso escolar 2025-2026 solicitó la especialidad en primera opción, y lo hizo, además, por las vías militar y de concurso.
La carrera le llegó por todas las modalidades, quedándose finalmente con la última, explicó.
Feliz de haber logrado acceder a la universidad, aseguró que su propósito ahora es hacer el mayor esfuerzo en el estudio, para graduarse y después ejercer como abogada, jueza, fiscal o asesora jurídica.
Velázquez Rosabal obtuvo el título de bachiller en el instituto preuniversitario rural Delfín Moreno, conocido como Unidad Tres de la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, primera gran obra educacional construida por la Revolución en las montañas de la Sierra Maestra.
Al igual que ella, Yosbel Estrada González también concretó su aspiración de ocupar un pupitre en un aula universitaria y formarse como jurista.
El profesional del Derecho conoce las leyes y las defiende, y a ello quiero dedicarme, manifestó el joven egresado del instituto preuniversitario Antonio Maceo, de la costera localidad de Campechuela.
Anhelos similares, pero en el campo de los números, el cálculo y los inventarios, evidenció Darien Rodríguez Hernández, quien optó por la Licenciatura en Economía, y aseguró estar preparado para dedicar todo el tiempo necesario a los estudios, hasta graduarse con buenos resultados.
Rutmerys, Yosbel y Darien acudieron a matricular el mismo día, y en sus rostros era evidente la alegría y decisión de integrar la comunidad universitaria cubana y poner responsabilidades y esfuerzos en función de hacer realidad sus respectivos proyectos de vida.