Nueva Gerona, 1 sep (ACN) Cuatro años después de haber sido monitora de Historia en la secundaria básica Fabián Fernández Riera, la pinera Rocío Labaceno Ferro regresa hoy a ese mismo centro, esta vez como profesora de Biología con una historia signada por el magisterio.
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Para mí es un logro incorporarme como trabajadora en el mismo sitio donde cursé estudios y se despertó mi vocación, expresó emocionada a la Agencia Cubana de Noticias esta jovencita recién egresada de la escuela pedagógica Martha Machado Cuní.
Si bien su primera opción académica fue Historia, ese año no estuvo disponible la especialidad, no obstante, lo que realmente la atraía era la docencia, cuya fuente de inspiración fue Patricia, profesora de esa disciplina, quien influyó de manera definitiva en su orientación profesional.
Sus clases, los métodos, los medios que utilizaba… todo eso me motivó a optar por la pedagogía, no fue fortuito entonces elegir la biología como especialidad, comentó.
Durante su formación en la escuela pedagógica, Rocío contó con la guía de quien la preparó académicamente y encauzó para sortear los desafíos de una carrera exigente, que comenzó con una matrícula amplia, pero al final solo se graduaron seis estudiantes, dijo “es una asignatura difícil por su contenido, y son pocos los que llegan a la meta”.
Destacó que el conocimiento adquirido es fruto del esfuerzo conjunto de sus maestros y tutores. Hoy
, 1 de septiembre, la novel celebra su regreso como docente y la posibilidad de continuar estudios universitarios mientras cumple el servicio social. “Para mí es algo realmente grandioso”, afirmó sonriente con una mezcla de orgullo y gratitud.
Esta historia puede ser la de muchos jóvenes cubanos que, desde la vocación y el compromiso, apuestan por la educación como herramienta de transformación, Rocío Labaceno Ferro es, sin duda, una semilla que germinó en las aulas y hoy florece en ellas.