Isla de la Juventud amaneció con un parque lleno de sonrisas

Compartir

ACN - Cuba
Ana Esther Zulueta I Foto: Yoan Pérez González
100
01 Junio 2025

Nueva Gerona, 1 jun (ACN) El parque General Lacret, de esta ciudad cabecera de Isla de la Juventud, se convirtió hoy en epicentro de la alegría cuando resonaron las risas y los gritos de júbilo de decenas de niños y niñas celebrando el Día Internacional de la Infancia.

   Desde temprano, el parque se transformó en un escenario de juegos tradicionales, competencias de bádminton, lanzamientos de platillos voladores y rutinas de gimnasia aeróbica. 

   Los más pequeños se sumergieron en mundos imaginarios con juegos de roles y saltaron sin parar en los castillos inflables, mientras el proyecto comunitario infantil “Por una infancia feliz” regalaba una actuación llena de color y ternura. 

   Ver a los pequeños disfrutar, bailar y competir, libres y seguros fue la dicha mayor para padres y familiares, sentados unos a la sombra y otros junto a sus pequeños en cada actividad.

    En cada sonrisa, en cada abrazo, era visible la felicidad, un principio que en Cuba encuentra respaldo en el Código de la niñez, adolescencias y las juventudes que legitima los derechos universales de los niños y las niñas, hoy especialmente de fiesta.

   Este sitio —surgido como plaza de armas Isabel II en 1830— registra en la memoria aquellos domingos cuando José Martí, adolescente, acudía al pase de lista en su condición de preso político con el perímetro de la ciudad por cárcel antes de ser deportado a la metrópolis por sus ideas contrarias al gobierno colonial español.

   Aquí, en este rincón martiano, la infancia se celebra y se protege, recordando a quien pensó en el derecho de los niños a ser felices y a soñar. Mientras, en otras latitudes, la realidad es otra: niños víctimas de bombas en Palestina, de hambrunas en África, de vicios y violencia en otras tantas partes del mundo. 

   Hoy, domingo 1 de junio, el parque General Lacret fue mucho más que un lugar de juegos; fue símbolo de esperanza, de futuro y de compromiso con la niñez. Porque, como escribió Martí, “los niños son la esperanza del mundo”, y en Isla de la Juventud, esa esperanza se vive, se baila y se abraza.