Santiago de Cuba, 19 may (ACN) A 130 años de la caída en combate de José Martí, Héroe Nacional cubano, jóvenes de Santiago de Cuba lo calificaron hoy como esencia y realidad de la Revolución, en encuentro con autoridades e intelectuales del territorio.
La cita, efectuada en la sede del Gobierno provincial, propició la construcción de una visión renovadora del Apóstol, a partir de la fusión entre la literatura existente sobre su obra y lo aprendido por niños, adolescentes y universitarios.
Según refirió Annia Poblador, miembro del Buró provincial del Partido Comunista de Cuba, con las primeras hojeadas a textos martianos de La Edad de Oro, se impregna en los pequeños una profunda sensibilidad y amor a la Patria.
Aseguró acercarse al héroe a través de historias como Nené Traviesa y Los dos príncipes, cuyas enseñanzas sembraron en su actuar valores como la humildad y el respeto.
De acuerdo con Israel Escalona, Premio Nacional de Historia 2024, la presencia permanente del pensador se evidencia en la voluntad del pueblo por defender las conquistas, pese constantes presiones ejercidas contra la soberanía.
Instó a leer, interpretar y asumir sus ideas, imprescindibles en la salvaguarda de la Revolución, en tanto señaló como motivación para los santiagueros el honor de atesorar sus restos mortales en el cementerio patrimonial Santa Ifigenia, de esta ciudad.
Antonio Camué, estudiante de Derecho de la Universidad de Oriente, aseguró la vigencia de la luz martiana en este tipo de cita, dada la posiblidad de debatir con reconocidos investigadores sobre el accionar del más universal de los cubanos.
La oportunidad de formarse en academias de excelencia y poner los conocimientos adquiridos al servicio de la sociedad, mediante un desempeño de calidad, resulta también un significativo tributo a José Martí, manifestó.
Dianet Chávez, de 12 años de edad, destacó el amor a la naturaleza, la libertad, la Patria y los seres queridos profesado por el Apóstol y reflejado en impactantes cartas, que llaman a convertirse en hombres y mujeres de bien en el futuro.
Según afirmó, resulta muy especial la forma de expresar cariño y respeto hacia las féminas, evidente en las líneas escritas, por ejemplo, a su madre doña Leonor Pérez y a la joven María Mantilla.
A decir del pequeño de 8 años de edad Carlos Manuel Luque, el pensador sentía un inmenso cariño por la isla antillana, y sufría sus pesares, de ahí la herencia pioneril de estudiar y luchar por una sociedad más justa y equitativa.
Cuando Cuba conmemora la pérdida de su más universal hijo, noveles generaciones ratifican la voluntad de edificar un país con todos y para el bien de todos.