Bayamo, 22 dic (ACN) Gusta mucho a las niñas el juego de la escuelita, donde son maestras de amiguitos reales, imaginarios o muñecas, pero a los 10 años de edad, la cubana Daisy Diéguez Frómeta tuvo tres verdaderas alumnas, todas mayores que ella.
Nació en una zona rural de la provincia de Camagüey, donde su papá la enseñó a leer y escribir desde muy pequeña, y tras una evaluación de conocimientos, obtuvo el tercer grado, al mudarse la familia para Jiguaní, ciudad cabecera del municipio de igual nombre, en el actual territorio de Granma.
Luego venció los tres grados siguientes, en forma acelerada, e hizo lo indecible para que le permitieran participar en la Campaña nacional de Alfabetización, realizada en la Isla en el año 1961.
Mas, debido a su corta edad, no autorizaron que fuera a zonas rurales a enseñar a campesinos, recordó en exclusiva para la Agencia Cubana de Noticias.
En cambio, dijo, sí le permitieron ejercer como Maestra Popular y dar clases en el barrio de Las Maboas, cerca de su domicilio, donde fueron sus alumnas María y Rosario Valero.
También alfabetizó a su propia madre, Antibia Frómeta; un hecho que la marcó de manera especial y para siempre, subrayó.
Fotos conservadas en el museo municipal de Jiguaní, en las cuales aparece con una cartilla de la Campaña de Alfabetización y en compañía de sus discípulas, son pruebas documentales de su participación en la hermosa tarea que desterró el analfabetismo de la mayor de las Antillas.
Sin embargo, la experiencia no fue embullo pasajero de infante, sino muestra temprana de vocación por el magisterio.
Cumplidas las 15 primaveras, Daisy ingresó en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, en La Habana, y después de graduarse fue profesora en institutos preuniversitarios y escuelas secundarias básicas, metodóloga provincial, y vicepresidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Jiguaní.
Un infarto y posterior cirugía del corazón la impulsaron a jubilarse, con casi cuatro décadas de labor, pero una vez recuperada la salud, convirtió su casa en aula, desempeñándose, desde 2008, como repasadora de estudiantes de secundaria básica.
Próxima a los 74 años de existencia, el venidero 4 de enero de 2025, Diéguez Frómeta asegura sentir la misma pasión que desde niña tuvo por ser maestra.
Actualmente, trato de mantener el activismo y me inserto en muchas actividades de carácter social, agregó la destacada educadora.