La Habana, 6 jun (ACN) Reducir la mortalidad infantil a 6.9 por cada mil nacidos vivos y las muertes maternas constituyen retos para el Programa Materno Infantil (PAMI) en este 2025, refirió a la prensa Ailuj Casanova, directora nacional de Atención Médica del Ministerio de Salud Pública.
Para alcanzar estos objetivos, en todo el país se desarrolla por segunda vez una intervención sanitaria compleja, con positivas experiencias en el año 2024, expresó la propia fuente.
La especialista significó importantes acciones como la evaluación a todas las embarazadas por parte de expertos en Ginecobstetricia, Pediatría y Medicina Interna.
Capacitaciones a los directivos y profesionales sobre cuestiones técnicas en el manejo de las gestantes, los neonatos y los menores de un año y el intercambio, evaluación y discusión de casos en la atención directa al paciente resultan otras de las directrices de trabajo en este periodo.
Además se ejecutan investigaciones en temas tan medulares como la Atención Primaria, el actuar para disminuir el bajo peso al nacer, la hipertensión arterial en la gestación o la gravedad en las fases obstétricas del parto, dijo.
La doctora Catherine Chibas, jefa nacional del PAMI, destacó el trabajo intersectorial, la apertura de nuevos hogares maternos y las acciones para prevenir el embarazo en la adolescencia, junto a la Federación de Mujeres Cubanas.
De conjunto con la Atención Primaria de Salud, se evalúan a las mujeres en edad fértil con enfermedades crónicas para lograr embarazos saludables, acotó.
Lograr una mayor supervivencia en el recién nacido de bajo peso y una tasa de mortalidad inferior a 7.1, disminuir la morbilidad materna y a la vez la mortalidad materna por debajo de 40, mejorar la calidad de vida de los niños con enfermedades crónicas de la infancia y la atención en la reproducción asistida humana, así como elevar la formación de recursos humanos especializados son vitales para este programa, concluyó.
El incremento del trabajo multidisciplinario, de proyectos de investigación, de superación en especialidades, maestrías o doctorados que ofrezcan soluciones a los principales problemas de la salud sexual y reproductiva en cada territorio resultan pilares para alcanzar loables indicadores.
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