Artemisa, 9 jul (ACN) Hay a quienes no les conmueve el dolor de una niña. Lo siente en su cuerpo Dianik Laura Betancourt Cabrera, una pequeña con debilidad muscular generalizada, sin sostén de cabeza ni de tronco, ni acceso al tratamiento preciso debido al bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba.
Ella padece de miopatía estructural congénita. No puede caminar ni hablar; encima, tiene discapacidad auditiva y del lenguaje. Mucho la ayudaría disponer de una silla de ruedas con soporte para la cabeza, así como tomar coenzima Q 10; sin embargo, la política de la Casa Blanca respecto a Cuba entorpece los intentos de conseguirlos.
Mairobert Cabrera Espinosa, especialista en Imagenología en el policlínico Orlando Santana, de Mariel, y mamá de esta adolescente ya de 14 años, refirió a la ACN las múltiples causas de su patología.
Señaló que en el país no hay cómo hacer semejante diagnóstico; por eso, desde el hospital pediátrico Juan Manuel Márquez, en La Habana, gestionaron hacerle el estudio genético en otros paises. Al final no fue posible; el bloqueo lo impidió.
Entonces, comentó que buscaron por diversas vías la coenzima Q10, además de insistir en la estimulación motora, visual y auditiva.
Siempre soñó ver a la niña vestida de uniforme, sobre todo al percibir su esfuerzo para aprender y cómo ganaba habilidades desde pequeña. Por tanto, mediante el Centro de Diagnóstico y Orientación (CDO) de Mariel, la matriculó en la escuela especial Camilo Torres Restrepo.
Cada jueves, su maestra va a impartirle clases a la casa, primero fue Mercedes Zamora y actualmente Claudia Pedro: le habilitó el comedor como aula, con mural, bandera, escudo, y hasta diseñó medios de aprendizaje y estimulación.
La pequeña ha desarrollado habilidades que nunca creyó posibles. Además, Mairobert aprovecha toda ocasión para integrarla a la sociedad: en los actos políticos y culturales de la escuela, cumpleaños en la cuadra, fiestas y actividades de la familia.
Nunca ha permanecido aislada en el cuarto o en la casa; al contrario, la llevan a pasear, juega con niños y mantiene la sonrisa y alegría de una niña feliz, reveló.
Tras esa sonrisa persisten diversos pilares, como el amor, la fe, el afán, la infinita paciencia, el apoyo de la familia y la Revolución cubana, subrayó, que le brinda la oportunidad de una educación de forma ambulatoria y la asiste con sus instituciones de Salud, técnicos de fisioterapia y el CDO.
Dianik Laura aprendió a comunicarse, señalar, identificar números con los dedos de la mano y mucho más, como fruto del amor en el hogar y de un Estado que dedica la mayor parte del presupuesto a la Educación y la Salud de sus hijos.
La obcecada política de bloqueo del Gobierno de Estados Unidos hacia Cuba no perjudica solo a esta marieleña. Igual la emprende contra quienes padecen de insuficiencia renal crónica y necesitan dializadores, de modo que la compra de los filtros de riñones artificiales debe realizarse en Europa o Asia.
Tan enfermizo proceder activó el ingenio de los especialistas del Complejo de Nefrología del Hospital Comandante Pinares, en San Cristóbal, y los condujo a la reutilización de esos aditamentos, con notables resultados, declaró Orosmán Cuesta Panaco, jefe del Servicio de Nefrología.
Enjuagan, lavan y desinfectan los filtros. Así consiguen que el promedio de usos por cada uno se eleve de seis, como es usual en la nación, a 22. Y han ahorrado un cuarto de millón de dólares al Estado, indicó el doctor.
Rigor e inteligencia mitigan efectos del bloqueo que, solo en el sector de la salud, ha provocado pérdidas superiores a tres mil millones de dólares, durante seis décadas de aplicación de esa política, según ha afirmado en reiteradas ocasiones el ministro José Angel Portal Miranda.
Sobran los ejemplos de tanta necedad.. También abundan los de empeño del Estado cubano, por elevar la calidad de vida de quienes padecen de insuficiencia renal, miopatía estructural congénita u otra enfermedad cualquiera. Nadie va a robarle la sonrisa a Dianik Laura ni a ningún niño.