Taiko, el sonido del universo interno (+Fotos)

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Octavio Borges Pérez | Fotos: Marcelino Vázquez Hernández/AIN
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17 Octubre 2014

Concierto de Tambores Japoneses, “Ritmo de la Naturaleza”, por Eitetsu Hayashi y su Grupo, en el Teatro Mella, en La Habana, el 15 de octubre de 2015. AIN FOTO/Marcelino VAZQUEZ HERNANDEZTaiko, el sonido que hace retumbar el universo desde el interior de cada quien o en revoloteo de un insecto, remite al génesis dentro del vientre, al tranquilizante eco del corazón maternal que nos viene con la sangre.
  Se llama Eitetsu Hayashi y está considerado el mejor y más cotizado instrumentista del wadaiko o taiko, ancestral tambor japonés. Él se encuentra en Cuba, acompañado de cuatro de sus jóvenes y más sobresalientes pupilos, integrantes de su grupo Fu-Un .
  Concierto de Tambores Japoneses, “Ritmo de la Naturaleza”, por Eitetsu Hayashi y su Grupo, en el Teatro Mella, en La Habana, el 15 de octubre de 2015. AIN FOTO/Marcelino VAZQUEZ HERNANDEZEllos son Makoto Tashiro, Shuichiro Ueda, Mikita Hase y Tasuku Tsuji, quienes vinieron a  La Habana con el título de Enviados Culturales de Japón, con su maestro, como parte de las celebraciones por los 400 años de la llegada a la Isla del primer japonés, el samurai Hasekura Tsunenaga en 1614 .
  Este viernes 17 se presentarán en el cine teatro Miramar, a las ocho y 30 de la noche, como parte de sus dos únicas actuaciones en la capital cubana.
  Con esta atmósfera sonora que ellos crean nos hacen volver a los orígenes o viajar en el tiempo con una brújula enloquecida.
   En un espectáculo de 80 minutos –Ritmo de la naturaleza--,  estos consumados artistas crean sonidos imponentes, como fuerzas telúricas desatas en la escena y secuencias de tonos tan flexibles que combinan lo rápido y lo lento, lo fuerte y lo débil..
  tambores-japoneses2.jpgResulta como asistir a la creación de la vida, al desencadenamiento de potencias colosales o al susurro de una leve brisa que hace rozar pétalos contra cristales.
  Algo mágico y muy cercano sucede cuando estos creadores realizan su arte milenario, surgido en los campos de arroz con la intención de lograr buenas cosechas.
  Ahora, renovado y fusionado con géneros contemporáneos por el talento del maestro Hayashi,  tiene el mismo efecto de armonía y paz entre la audiencia.
  Concierto de Tambores Japoneses, “Ritmo de la Naturaleza”, por Eitetsu Hayashi y su Grupo, en el Teatro Mella, en La Habana, el 15 de octubre de 2015. AIN FOTO/Marcelino VAZQUEZ HERNANDEZY si el sonido tiene un poder de atracción universal e irresistible, la propia ejecución no es menos atractiva porque los instrumentistas parecen verdaderos artistas marciales que realizan una virtuosa coreografía, que el propio Hayashi confiesa haber tomado referencias del mítico teatro kabuki nipón.
  Sin dudas, Ritmo de la naturaleza deviene uno de esos singulares acontecimientos culturales que dejan honda huella en quienes los aprecian y una ocasión de la que nadie debe perderse.
   Es un momento para rendir tributo a la amistad de dos pueblos geográficamente lejanos, pero cercanos espiritualmente, de agradecer el regalo de un arte auténtico y singular, muy propio de una cultura que rinde culto a lo esencial.
  Esos detalles y aristas requieren de una especial perseverancia y sensibilidad aguda, sabedora de que de lo aparentemente más sencillo  puede surgir  algo capaz de dar  otro rumbo a la existencia.