La Habana, 29 (ACN) La Empresa Provincial de Transporte de La Habana (EPTH) enfrenta una situación compleja en su parque vehicular, impactando significativamente el servicio de transporte público en la capital cubana.
Luis Hernández Pacheco, especialista superior de la EPTH, confirmó a la prensa que el número actual de pasajeros transportados depende directamente de la flota disponible, la cual describió como “compleja”.
Esto contrasta con el promedio diario de más de un millón de personas movilizadas en el pasado reciente (entre 2022 y 2023), cuando operaban alrededor de 700 ómnibus.
Para abordar esta crítica situación, la EPTH, en coordinación con el Gobierno provincial, el Ministerio del Transporte y la Empresa Productora de Ómnibus Evelio Prieto Guillama (Caisa) —perteneciente al Grupo Empresarial de la Industria Sideromecánica—, avanza en un proyecto de reparación de un centenar de ómnibus. La iniciativa es posible gracias a un donativo de la República Popular China.
Iosvany Frías Álvarez, director general de Caisa, detalló que la reparación abarca todos los componentes de los vehículos: neumáticos, baterías, sistemas eléctricos y de suspensión, pintura y los interiores.
“La idea —dijo— es que, una vez concluidos todos los procesos, los ómnibus salgan de la Empresa listos para iniciar el servicio de transportación de pasajeros”.
La flota a reparar consta de 60 ómnibus rígidos del modelo ZK 6 118 y 40 articulados del modelo ZK 6 180. Frías Álvarez explicó que el traslado inicial de todos los vehículos hasta las instalaciones de Caisa en Guanajay, Artemisa, fue “muy complejo, desde el punto de vista organizativo, y requirió de un gran esfuerzo por parte de los trabajadores, tanto de la EPTH como de la Evelio”. Una vez allí, se inició el desarme mecánico del conjunto motor-caja, enviado posteriormente a La Habana para reparación y almacenamiento.
En julio del año pasado comenzó una segunda etapa: el proceso de chapistería a un ritmo de unos 15 ómnibus mensuales, seguido de la pintura. Esta fase se adelantó con recursos propios de Caisa mientras se completaba la llegada del donativo chino. “Gracias a ello, nos encontramos en el 50 % de una tarea que requiere tiempos prolongados para completarse”, afirmó Frías Álvarez.
Actualmente, Caisa recibe y descarga los 40 contenedores del donativo ya en el país, un paso previo crucial pero complejo que requiere reagrupar todas las piezas, enviadas en lotes separados. Se ha establecido un sistema de trabajo basado en una línea industrial de ensamblaje.
Tras la clasificación de las piezas, el ritmo previsto permitiría completar los primeros 20 ómnibus para finales del último trimestre de 2025.
Frías Álvarez enfatizó la magnitud técnica del desafío: “Podemos asegurar que el trabajo de electricidad y de ensamblaje mecánico, que se va a realizar, es más complejo que hacer una guagua nueva”. Una vez terminado el ensamblaje, comenzarán rigurosos procesos de prueba para garantizar la calidad requerida.
Luis Hernández Pacheco señaló que, una vez concluido todo el proceso, las primeras 20 guaguas rígidas reparadas se destinarán a las rutas de mayor demanda en la capital, caracterizadas por un alto volumen de pasajeros y que incluyen recorridos por hospitales o centros de estudio. La estrategia inicial es asignar, al menos, un ómnibus por municipio habanero en una primera fase, con el objetivo de cubrir progresivamente todas las rutas.
Subrayó que esta reparación representa una “acción inicial” para la reactivación del transporte público en La Habana, aclarando que existen otras alternativas en estudio para recuperar más unidades. Sin embargo, el proceso global depende también de la situación económica del país.