Pedro le gana tiempo a la muerte y le sonríe a la vida

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Lubia Ulloa Trujillo| Foto: Osvaldo Gutiérrez Gómez/ACN
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07 Diciembre 2015

Pedro Torres Consuegra, le gana tiempo a la muerte con la mejor de las caras y el ánimo bien arriba, con 49 años de edad es una de las 100 personas que en el territorio, sin distinción de raza, sexo y credo, recibe tratamiento gratuito para mejorar la calidad de vida, consciente del alto costo de los recursos y medicamentos, que el país invierte para que sus jornadas sean más tolerables, a pesar de sufrir de la enfermedad genética poliquística renal, calificada como progresiva, y que también puede dañar el hígado y el páncreas, en Majagua, Ciego de Ávila, Cuba, el 7 de diciembre de 2015. ACN FOTO/ Osvaldo GUTIÉRREZ GÓMEZ

Hace casi un año que Pedro Torres Consuegra le gana tiempo a la muerte con la mejor de las caras y el ánimo bien arriba que pueda tener todos los días.

Natural de Majagua, municipio de Ciego de Ávila, este hombre de 49 años de edad es una de las 100 personas que en el territorio, sin distinción de raza, sexo y credo, recibe tratamiento gratuito para mejorar la calidad de vida ante un padecimiento que no tiene cura.

Pedrito, como le dicen sus familiares y amistades, está consciente del alto costo de los recursos y medicamentos que el país invierte para que sus jornadas sean más tolerables, a pesar de sufrir de la  enfermedad genética poliquística renal, calificada como progresiva, y que también puede dañar el hígado y el páncreas.

El servicio de hemodiálisis que en jornadas alternas me ofrecen, es el privilegio de vivir en Cuba, donde esa garantía es fruto del amor y el respeto hacia el ser humano, asegura el majagüense.

En otro lugar le sería imposible a mi familia sostener monetariamente el tratamiento para mi y mi hermano Andrés, que también sufre este  padecimiento hereditario.

“Soy testigo de que todos los días, desde la seis y 30 de la mañana hasta las 11 de la noche, y por casos de urgencias fuera de ese horario, está disponible esa atención, para la cual el Estado no escatima esfuerzos en aras de mantener su funcionalidad con alimentación y traslado al centro hospitalario incluidos”.

Cuenta que jamás perdió las esperanzas de que su cuerpo aceptara la fístula arteriovenosa que le colocan a pacientes como él para acoplarlo a través de ella al equipo que depura las sustancias tóxicas en la sangre,  debido a fallas de su sistema renal.

“Había ido cuatro veces al salón de operaciones por esa causa y no tuve éxito, pero en la quinta todo salió bien y hasta la fecha me siento mucho mejor y con grandes deseos de vivir”.

Estoy convencido de que nadie escapa de la guadaña, pero le jugaré cabezas, como decimos en buen cubano,  mientras pueda con la electricidad, porque no pienso dejar de trabajar como liniero en este sector, ratifica con rostro alegre.

 Antes de beneficiarme con la mejora asistencial me era difícil comer porque todo me caía mal, las fatigas y dolores severos en la espalda y costados eran frecuentes, pero ya esos malos momentos son historias, comenta Pedro.

Aunque está bajo constante vigilancia médica,  este hombre  le sonríe a la vida y sigue con sus proyectos familiares y de trabajo.

“Me cuido como gallo fino, quiero ver crecer a mi pequeña hija Isabel y seguir como jefe de grupo en la guardia de asistencia eléctrica en el municipio, aunque ya no pueda integrar las brigadas avileñas de linieros que ante cualquier emergencia en el país se movilizan”.

No podía ser de otra manera su reacción, él sabe que recibirá atención gratuita mientras exista, sin importar cantidad ni costo para disponer de todo lo que haga falta en su bienestar, que en este caso aunque no se sana, sí permite disfrutar  de una etapa estable en su enfermedad.