Norge Marrero: lo que fui y soy gracias a Fidel y la Revolución

Compartir

ACN - Cuba
CARLOS GONZÁLEZ REGO
906
27 Diciembre 2023
Foto: Archivo

De la Gloria del Deporte Cubano, Norge Marrero González, el agradecimiento infinito a Fidel y la Revolución por todo lo que fue y lo que es, de la base al alto rendimiento como atleta de remo, hasta director del Departamento de Alto Rendimiento del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder).

   Sin dudas, un ejemplo vivo de lo que significan el triunfo de la Revolución y el Comandante en Jefe para este hombre oriundo de Puerto Padre, en la oriental provincia de Las Tunas, que ya cuenta con 80 años -12 noviembre de 1943- y con mucho orgullo expresa que es fundador del Inder, los Comités de Defensa de la Revolución y las Milicias Nacionales Revolucionarias, y siente orgullo también por  varios reconocimientos, medallas y distinciones recibidos.

   Norge, militante del Partido Comunista de Cuba, ostenta la Distinción Mártires de Barbados, que otorga el Inder; las Medallas Honor al Mérito Deportivo (Consejo de Estado); Rafael María de Mendive (Educación); Conmemorativa XX Aniversario de las FAR (Consejo de Estado); Hazaña Laboral (Consejo de Estado); Mérito de Honor de la Federación Internacional de Remo y Vanguardia Nacional por varios años.

   Comienza en el deporte en la especialidad de béisbol, practicando simultáneamente el remo. Fue seleccionado para el equipo provincial de remo y posteriormente en 1963 integra el nacional. Ha obtenido medallas en citas Panamericanas y múltiples eventos internacionales, con el orgullo de haber participado en 11 Juegos Olímpicos y 13 Juegos Panamericanos en calidad de atleta, técnico, federativo o directivo.

   Pero el propio Norge, quien actualmente disfruta con sus 80 años del softbol en calidad de lanzador, cuenta a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) lo que fue y es gracias a la Revolución y al Comandante en Jefe.

   “El triunfo de la Revolución en 1959 fue el despertar  de millones de cubanos que vivíamos en las tinieblas de los deseos y anhelábamos el bienestar de toda la sociedad cubana en la salud, educación, cultura y el deporte.

  “En mi caso particular, en el deporte logré  mis sueños de ser atleta no en remo, ya que no conocía esta disciplina sino en béisbol, uno de los dos deportes que se practicaba en mi pueblo, y competí en la primera serie Regional con la selección Norte de Oriente, en 1961.

   “Sorpresivamente llegó el remo ese mismo año a mi natal Puerto Padre, y tuve  el honor de ser seleccionado para el equipo Pescadores de Fidel y tan joven poder conocerlo. Así se me abrió un gran horizonte para mi vida, al poder estudiar, practicar este deporte que en Cuba era de los privilegiados, donde los pobres y negros nunca habían tenido esa posibilidad. Vengo de una familia pobre trabajadora, ya que mi padre fue hasta su muerte  estibador de sacos de azúcar en el puerto.

   “Tuve una niñez muy difícil, siendo un bebé murió mi mamá y posteriormente mi padre, por lo que me crió mi abuela paterna.  De niño comencé a trabajar en 1950 en un taller  de coger ponches, luego en una granja agrícola, una fábrica de mosaicos, una de bloques hasta que llego al puerto, al corresponderme por herencia la plaza de mi papá.

   "En 1959 simultaneaba en el puerto cuando había barcos y en la construcción que comenzaba la gran obra del Líder de la Revolución con las casas de Pastorita, la remodelación del hospital, las escuelas, etc.

   “Al llegar a La Habana a una magistral mansión como albergue en Miramar, en las márgenes del río Almendares,  fue algo increíble para mí que venía de tantas penurias.

   “Desde el primer año fui campeón nacional en el cuatro y ocho con timonel, que eran las modalidades en que se competía, y clasificamos para los Panamericanos de Sao Pablo, Brasil, pero no fuimos por no resolverse el bote y no caber en los aviones Britania de Cubana de Aviación.

   “En septiembre de 1963 se crea el equipo nacional, del que fui fundador, y comenzamos a  prepararnos con el primer entrenador extranjero que vino a Cuba, el checoslovaco Vladimir Vicet para los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. Tengo además el orgullo de haber sido el primer medallista panamericano de Cuba en los Juegos Olímpicos de Winnipeg 1967”.

   Y para finalizar contó a la ACN una anécdota que aparece en la página 252 del libro Así es Fidel, del periodista Luis Francisco Báez Hernández, fallecido en 2015, y que siempre tiene presente.

  “En la década de los 60, cuando era integrante del equipo Pescadores de remo, que apadrinaba nuestro Comandante en Jefe, él acudió en compañía de Celia Sánchez a un encuentro con nuestro colectivo; mientras se dirigía al grupo, me pasó el brazo por encima de los hombros y nos pidió que estudiáramos y que nunca dejáramos de hacerlo, ya que en el futuro dirigiríamos ese deporte en el país.

   “Quién podría imaginárselo, esa responsabilidad para nosotros, atletas de ascendencia muy humilde y de bajo nivel cultural.

   “En 1991, en medio de los Juegos Deportivos Panamericanos de La Habana y con subsede en Santiago de Cuba, en una de las conversaciones sostenidas con el Comandante, durante la visita a la competencia de remo en el moderno y nuevo –en ese momento- canal de la presa La Coronela, le recordé aquellas palabras y respondió lo siguiente:

   “No soy poeta, no soy adivino, pero era la lógica que de ese grupo de atletas que inició el remo revolucionario salieran los futuros entrenadores y dirigentes del deporte, ya que el remo en el capitalismo era una actividad totalmente exclusiva para los ricos, de los aristócratas que no admitían negros y pobres, solo a ricos, y todos se estaban marchando del país. Por lo tanto, era natural que ustedes fueran los encargados de desarrollar esta actividad en el país”.

   "De ese grupo, y de los otros equipos, varios compañeros fueron entrenadores de la selección nacional, y en distintas provincias. Por ejemplo, yo me desempeñé varios años como comisionado nacional de remo –en ese momento-.

   “Qué razón tenía, al estar 40 años de presidente de la Federación Cubana de Remo y seis  de director del departamento de Alto Rendimiento del Inder”.

   “Fue lo más grande que nos sucedió, poder estudiar, practicar deportes, conocer al político más destacado de los  siglos XX y XXI, al hombre con la capacidad infinita de anticiparse a los acontecimientos,  y ver mucho más delante que los demás, por esas razones jamás  morirá, siempre estará vivo en nuestros corazones. Gracias Fidel por tanta bondad y ayuda a la humanidad, a los más necesitados de la tierra”.  (Carlos González Rego, ACN)