Béisbol cubano: el dilema de los contratados

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ACN - Cuba
Boris Luis Cabrera I Foto del autor
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14 Mayo 2025

 Desde que hace unos años las autoridades del país dieron rienda suelta a la contratación de peloteros cubanos en ligas profesionales foráneas, la partida de las principales figuras, unido al fenómeno de la emigración, han golpeado la calidad de nuestros campeonatos domésticos.

    Un problema para toda esa fanaticada que sigue al deporte nacional en medio de la crítica situación económica y que encuentra allí un oasis para mantener vivo el fuego de sus alegrías.

   Ver partir a sus ídolos en medio del campeonato cuando sus equipos están inmersos en batallas clasificatorias o peleando por un lugar en el podio, puede desalentar al más fiel de los fanáticos.

   Más allá de lo complejo que resulta para los especialistas esbozar vaticinios y lo difícil que se les hace a los diferentes cuerpos de dirección trazar estrategias a corto y largo plazo con atletas sustitutos, la calidad de los torneos se deteriora y el plato fuerte de nuestros espectáculos deportivos se queda sin sal.

   La imagen del santiaguero Yoelquis Guibert llorando ante sus compañeros horas antes de viajar a cumplir con su contrato en el extranjero, cuando sus Avispas acababan de clasificar a la postemporada, lo dice todo.

   Además de la entrega y el compromiso que tiene con su equipo provincial, el líder en cuadrangulares y en promedio ofensivo del torneo no tuvo otra opción que hacer sus maletas en busca de una mejora económica para él y su familia.

   Muchos otros lo han hecho y lo seguirán haciendo, mientras el evento élite se deprime y se convierte en una vitrina donde otras ligas del mundo —no siempre de calidad— se llevan a lo mejor que queda en el patio.

   Esto es algo a lo que tienen que acostumbrarse los amantes de este deporte. Nuestros sacrificados peloteros lo merecen, mucho más teniendo en cuenta los bajos salarios que perciben, sin mencionar la falta de otras comodidades que el país no está en condiciones de garantizarles.

   La solución no está en detener las contracciones, necesarias también para engrosar las arcas de la Federación Cubana. Urge el flujo económico para futuras inversiones, porque aunque no es la única vía para apuntalar los cimientos de nuestro béisbol ni para un desarrollo pleno, ayuda, y mucho.

   Sacrificar nuestros campeonatos nacionales al no disponer de sus mejores jugadores, es un mal necesario en estos tiempos y eso tenemos que comprenderlo y aceptarlo.

   En Cuba los peloteros salen debajo de las piedras. Por eso hay que oxigenar las categorías infantiles, organizar campeonatos más largos en todos los niveles, mantener funcionales los terrenos de juego y otros etcéteras.

   Eso solo es posible, en el contexto donde navega el archipiélago, generando dividendos, y una de esas vías es la contratación de esos peloteros, que luego regresarán a vestir los colores del equipo nacional y nos devolverán las emociones que se llevaron consigo al momento de su partida.