Un ciclo de abasto de agua intermitente y superior a los 10 días de distribución, la gran mayoría de las ocasiones se torna cotidiano en algunos puntos de la urbe de Pinar del Río, cuyos pobladores “encarnan” roles de malabaristas en aras de sortear las crisis, sobre todo ante la incapacidad de almacenar el líquido suficiente para ese periodo.
Tal situación toca de cerca a diversos repartos populosos, como el caso del Carlos Manuel de Céspedes o el Manuel Rodríguez, casi ubicados en puntos extremos pero que convergen en materia de escasez del vital recurso, de conjunto con el Hermanos Barcón y el Cuba Libre, por solo citar esos ejemplos.
El tema deviene insatisfacción recurrente para los habitantes del municipio cabecera de Vueltabajo, esencialmente cuando el suministro se prolonga en el tiempo por la presencia de averías, que coquetean con la paciencia de no pocos.
Tres conductoras de agua subterránea y una superficial se encargan de la distribución en la urbe, matizadas por la presencia de salideros y la imposibilidad de corregir buena parte de ellos debido a carencias de recursos o de inversiones que permitan rehabilitar los servicios.
Según Roberto Capote Amador, jefe de ingeniería de la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Acueducto y Alcantarillados, hoy se encuentran detenidas todas las inversiones, incluso, las de mantenimiento mayor.
También se ve comprometida la terminación de la conductora de 800 milímetros, instalada desde las áreas aledañas al estadio Capitán San Luis hasta el kilómetro 10 de la carretera a La Coloma, además de un tramo de tuberías en el campo de pozos, refiere.
Para que se tenga una idea clara de la realidad vivida en esta zona de la geografía pinareña, 16 sitios requieren del abastecimiento mediante carros pipas por contar con un lapso de entrega mayor al mes, situación insostenible, más aún si se tiene en cuenta que de ocho de esos vehículos, solo funcionan tres o cuatro regularmente, debido a su estado técnico, y que la actividad de los centros de salud y educacionales- como la lógica indica- no se puede detener, como bien asevera el directivo de la UEB.
Como sucede con los lugares citados, otros muchos sufren en carne propia la demora de una prestación imprescindible para cualquier tarea en el hogar y de suma importancia en el sostenimiento de la higiene de cada espacio, entre ellos, el reparto Montequín que recibe el agua de la conductora de 36 pulgadas.
No obstante, la actitud negligente de algunos que suelen perforar las tuberías para crear acometidas ilegales o la todavía exigua conciencia de ahorro en las personas, de igual modo repercuten de forma negativa en la salud de las conductoras y en la estabilidad del servicio.
Otra arista del asunto constituye la irregular presencia de tanques o depósitos en las tiendas de comercio interior, para acumular el líquido en las viviendas, y cual alternativa para paliar el déficit.
Priorizar el tema en una región favorecida por las precipitaciones y acometer una reanimación seria al sistema de Acueducto, devendrá complacencia del pueblo al tiempo que pondrá fin a la incertidumbre de muchas zonas del municipio de Pinar del Río, si bien son palpables los esfuerzos cotidianos por extender la vida útil de conductoras con varias décadas de explotación.
Por Evelyn Corbillón Díaz | Foto internet
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10 Noviembre 2016
10 Noviembre 2016
hace 8 años