De pertenecer al sector de las batas blancas desde hace 38 años siente un profundo orgullo Gastón Idel Martínez Pérez, especialista de primer grado en Ginecología y Obstetricia en el policlínico Teniente Tomás Rojas, del municipio de Carlos Manuel de Céspedes, en la provincia de Camagüey.
En la institución médica realiza la labor asistencial, aunque también presta similar servicio en la consulta de Patología de cuello y en el área quirúrgica del hospital Comandante Manuel "Piti" Fajardo, en Florida.
Médico formado por la Revolución cubana, Gastón integró el primer contingente de Ciencias Médicas, promovido en 1982 por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Desde ese entonces, afirma, su misión ha sido salvar vidas, tanto la de la madre, como la del bebé, en medio de las complejas limitaciones de la salud pública en Cuba.
Pese a la escasez de insumos y otros recursos imprescindibles para ofrecer un servicio de mayor calidad, reconoció que hoy los profesionales del sector protagonizan una labor heroica y titánica en el país y en otras naciones hermanas.
Este galeno camagüeyano, como otros miles de cubanos, ha escrito páginas de solidaridad, internacionalismo y humanismo en otras latitudes para contribuir, apuntó, no solo a curar el dolor ajeno, sino también a fortalecer los sistemas de salud mediante la formación docente.
A las constantes campañas de descrédito se refirió Martínez Pérez, aunque reconoció que esos pronunciamientos no opacarán nunca la entrega de mujeres y hombres de vocación, ni mucho menos el empeño de continuar preparando médicos revolucionarios, dispuestos a enfrentar cualquier dificultad.
Gastón participó, como diputado, en el Quinto Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su décima Legislatura.
Ese deber lo cumplió con dignidad, la misma que distingue a los hijos de Agramonte, con la certeza de que resulta necesario continuar trabajando para fortalecer la Revolución, de manera que los logros se reviertan en mayor bienestar social.
Me atrevería a decir, remarcó, que la labor de un diputado tiene tanta carga de sensibilidad, como la de un galeno, pues hay que permanecer en estrecho vínculo y diálogo con la gente para comprender los problemas que aquejan al pueblo y buscar entre todos la mejor solución.
Dijo que en esta oportunidad nos motivó el deber colectivo de rendir cuenta ante el legislativo cubano, ejercicio asumido como una ocasión para aprovechar las potencialidades que tenemos y avanzar en todos los ámbitos de la sociedad.