Por todos los pueblos y ciudades de Cuba anduvo durante muchos años Luis Gómez, el poeta, repentista, cuentero y humorista, nacido en Cumanayagua en 1918, a quien la musicóloga, ensayista y pedagoga, María Teresa Linares, apodó como el Rey de la Tonada Carvajal.
El aseguró en diferentes momentos que no faltó un palmo de tierra en la que no cantara o viviera, llevado bien por guateques a los que le invitaban o por cuidar de los amores que disfrutó en múltiples lugares, sin olvidar que su andar inició con apenas nueve años en un circo ambulante, donde hacía de todo y no hacía nada.

EL REY Y LA CARVAJAL
Recuerda Jorge Sosa, poeta que compartió escenarios con Luis, que su maestría como tonadista llegaba al punto más alto con la Tonada Carvajal, hasta lograba improvisar en ese formato tan difícil, imposible para muchos, generalmente los bardos la usan para cantar obras ya escritas.
Fabio Bosch Hernández, Premio Nacional de la Radio 2017, asegura que el dominio de Luis en la referida tonada es único, esa composición en tono menor, casi siempre en La o Si menor, con el laúd como instrumento protagónico tiene un dejo quejumbroso y triste, que hace muy difícil la improvisación, por eso en Cuba los artistas prefieren el Punto Libre para los duetos de improvisaciones.
En 1994 Bosch Hernández, entonces director de programas de Radio Ciudad del Mar, en Cienfuegos, creó un espacio sabatino, a las 11 de la mañana, con el nombre de La Hora de Luis y el ambicioso afán de que el protagonista atendiera las llamadas de los radioescuchas quienes le proponían los pie forzados y de inmediato este improvisaría la décima.
Esa maestría y creatividad resplandeció, al decir del creador, “eso fue algo difícil porque los poetas gustan de cantar en espacios abiertos, con el público delante, en este caso, era en un estudio de radio con el micrófono abierto y pocos segundos entre la propuesta y la respuesta artística.
“La predilección popular fue extraordinaria. Creo que por vez primera la décima campesina dejó el campo para merodear y alimentar las preferencias citadinas de Cienfuegos, afirma el director del espacio.

“El programa siempre comenzaba con Luis cantando una “Carvajal”, y luego los oyentes empezaban a llamar. Sosa le acompañaba, y en ocasiones otros colegas también participaban”.
Alexis Díaz Pimienta, repentista y director de la Cátedra de Poesía Improvisada de la Universidad de las Artes, en su libro Teoría de la Improvisación, afirma que ese programa cienfueguero es único en el mundo que responde pie forzados, o sea, décimas en octosílabos, en vivo.
En el propio texto, página 234, el también subdirector del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, muestra su admiración por Luis, al declarar que se le adelantó a la idea de establecer algo similar en la radio habanera.
LA NOTICIA QUE NUNCA DEBIÓ LLEGAR
Fue el 26 de mayo del 2001, cuando la muerte sorprende a Luis. El corazón del poeta deja de latir y la décima campesina sufrió una de las más lamentables pérdidas.
Durante su funeral, los creadores cuestionaron la permanencia del programa, al faltar su inspirador y ese principal, pero la reacción popular fue contraria: los oyentes pidieron que continuara, y así se hizo, explica Bosch Hernández.
Con la jubilación del fundador, nuevos cantores ocuparon el éter, y otros asumen la dirección. Jorge Sosa, es el poeta líder.
Y así desde hace más de 30 años cada sábado, a las 11 de la mañana desde Radio Ciudad del Mar, en bien llamada Perla del Sur, voces jóvenes amantes de la espinela crean nuevas obras, satisfacen las peticiones de los oyentes.
Y, por su supuesto, la voz única e inconfundible de Luis Gómez inicia el momento con una tonada Carvajal, como el más digno tributo al intérprete y a la cultura cubana.