Dirigir con corazón de mujer (+ Fotos)

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ACN - Cuba
Claudia Laura Rodríguez Zaldívar | Fotos: Juan Pablo Carreras
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24 Octubre 2025

Como la capitana que guía un barco hacia puerto seguro sin descuidar detalles que puedan afectar la travesía, Giselle Córdova Rivas, directora general de Villa Don Lino, domina cada entresijo de la hotelería para realzar el encanto de las instalaciones que lidera.

   Su elegancia es la carta de presentación de su profesionalismo, reflejada en el uniforme que ha revitalizado el paraíso donde corre la brisa marina de la pequeña gran playa, ubicada en la costa atlántica del municipio de Rafael Freyre, en Holguín.

   Su voz suave y las amables palabras dirigidas a huéspedes y trabajadores revelan el don de la comunicación y la sagacidad de una mujer hecha a sí misma, que ha dedicado más de una década a afrontar los múltiples retos del sector turístico.

   “Me gradué en 2015 en recepción hotelera en el Centro de Capacitación del Turismo de la provincia y, como parte de mis prácticas laborales, me uní a la familia de trabajadores que conforma Villa Don Lino, perteneciente a la cadena Islazul y de inmediato me hicieron contrato e inicié mi trayectoria en diferentes ocupaciones del ramo”, contó.

   Giselle considera que el mejor líder constituye aquel conocedor del  esfuerzo y sacrificio de los que dirige, filosofía que aplicó al asumir responsabilidades que incluyeron el seguimiento del equipo de limpieza como supervisora de piso, el control de inventarios, las relaciones públicas y la jefatura de recepción.

   “Al tener formación como Técnica en contabilidad y finanzas, con ocho años de experiencia en otros trabajos, aproveché mi preparación para desempeñarme en el área económica, lo cual me otorgó una visión integral y financiera del funcionamiento de la villa, contribuyendo a la gestión requerida como directora general del hotel”, explicó.

   Sus palabras revelan a una fémina orgullosa de lograr su autonomía y superación profesional con experiencias que agradece, ya que le prepararon para trabajar bajo presión, liderar con firmeza y empatía, así como gestionar crisis con eficiencia.

   “Don Lino no es solo un trabajo para mí”, afirmó, “es como una extensión de mi vida, de mi familia”, razón por la cual el cierre temporal de las instalaciones en octubre de 2024, debido a la avería del grupo electrógeno, fue un duro golpe para ella y el colectivo de trabajo, cuyos contratos fueron interrumpidos.

   Unos meses después, el ofrecimiento del puesto de dirección fue una oportunidad para revitalizar el lugar al que dedicó años de esfuerzo. Los principales objetivos eran reunir nuevamente al equipo, muchos de ellos ya en otras ocupaciones, y recuperar la confianza de agencias de viajes y clientes que optaron por otros destinos.

   Sin embargo, la adversidad no minó su espíritu ni la amilanó ante los retos mayúsculos que enfrentaba.

   “Desde que reabrimos en abril de 2025, nos reinventamos con estrategias creativas para reparar el inmueble y recuperar nuestro estatus como uno de los sitios preferidos para el turismo en Holguín, lo que nos permitió renacer con energía.”

   Entre las acciones implementadas destacó el enfoque en el mercado nacional con ofertas de planes económicos con modalidad de todo incluido, que incrementaron la ocupación hasta un 80 por ciento en temporada media y lograron la ocupación total de habitaciones y bungalows durante los meses de verano.

   “Además, ampliamos las ofertas recreativas con eventos temáticos que promocionaron nuestra cultura desde el entretenimiento y lo culinario, reflejado en servicios de buffet, el bar de snacks y el lobby bar, todos bajo el estándar de tres estrellas tanto en comidas como en bebidas”.

   Para Giselle, cada logro deviene una victoria del colectivo, compuesto en mayoría por mujeres fuertes y experimentadas, dinámica familiar que la enorgullece e influye en la creación de un ambiente de trabajo armonioso, colaborativo y eficiente, en el que todos aportan ideas y se sienten parte de un proyecto común.

   “No ha sido fácil dadas las dificultades económicas del país, pero hemos sido resilientes, potenciamos el marketing digital en redes, establecimos alianzas con entidades locales y avanzado en la sostenibilidad y el cuidado de nuestra playa.

   “Este hotel es mi legado, mi orgullo y mi pasión, un espacio donde las familias crean recuerdos, que me dio la oportunidad de superar barreras como mujer en un sector a veces machista, de formar a jóvenes y contribuir a que Holguín brille en el mapa turístico, por lo cual los años dedicados, con cierres y pandemia incluidos, valen la pena”.

   Bajo el liderazgo de Giselle, que dirige con corazón de mujer, Villa Don Lino navega con rumbo firme hacia la meta de consolidarse como destino ideal para las familias que valoran el contacto auténtico con la naturaleza y la gente.