José Luis López Sado | ACN FOTO/Omara GARCÍA MEDEROS
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23 Mayo 2018

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Siempre he escuchado una frase de los especialistas más avezados en el béisbol –la cual también apoyo-, que el 75 por ciento de los buenos resultados en este deporte de bolas y strikes, radica en el cuerpo de serpentineros del equipo.
Eso se traduce en que, “matemáticamente” hablando, apenas queda un 25 por ciento para repartirse entre bateo y defensa, los dos restantes renglones del béisbol.
Pero hay más. Otros estrategas, mucho más dados a alabar el poder y la importancia de quienes se encaraman sobre el montículo, alegan que, “cuando hay pitcheo, no hay bateo”. Y como se nota, en este viejo adagio ni se menciona el término defensa.
Y una muestra fehaciente de que esos criterios no son tan reales, se aprecia en la actual Serie Especial Cubana, preparatoria para los venideros Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla.
La pregunta pulula por doquier: si el equipo Centrales es el líder de pitcheo, y segundo en bateo, ¿por qué no marcha en la cima del certamen? Pues la respuesta es bien transparente: los dirigidos por el mentor avileño Roger Machado son los últimos en defensa.
Es cierto que los numeritos son fríos y no reflejan fehacientemente lo que ocurre en un campo de béisbol. Pero si analizamos los dígitos de esta triangular cubana, se aprecia que Occidentales marcha en la punta con 10 victorias y seis derrotas, ya que lidera los departamentos de bateo (318) y defensa, con efectivo promedio de 982, pues apenas ha cometido 11 errores en 609 lances.
Pero en pitcheo, la tropa del mánager artemiseño Dany Valdespino marcha en segundo lugar (5.36) por detrás de Centrales (4.83).
A los Centrales nada les ha valido liderar el departamento de jonrones (22), departamento encabezado por dos de sus jugadores, Frederich Cepeda (8) y Alexander Ayala (7). Y tampoco han podido aprovechar su liderazgo en carreras impulsadas (107), de las cuales 23 han sido fletadas por Cepeda y 17 han ido al aval de Ayala.
Los del centro tampoco se han podido favorecer del buen accionar de sus tiradores, los mejores de la Serie, al permitir 77 carreras limpias en 143.1 entradas.
Con esos loables números, de no marchar al frente en la tabla de posiciones se ha encargado el pésimo accionar de sus guantes, con un anémico promedio de 953, dados 31 errores en apenas 653 lances.
A esta triangular cubana aún le restan dos subseries de cuatro partidos cada una. Más tarde, en la fase semifinal, el segundo lugar se enfrentará al tercero; el ganador de ese cotejo, disputará el título contra el primer lugar, que avanzará directo a la gran final.
Entonces, si Centrales quiere discutir el cetro, deberá mejorar su defensa, pues no basta con lanzar y batear bien.