Cuba aún tiene mucho para regalar a la humanidad

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Evelyn Corbillón Díaz
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11 Noviembre 2015

cuba-angola“De Angola nos llevaremos la entrañable amistad que nos une a esa heroica nación, el agradecimiento de su pueblo y los restos mortales de los queridos hermanos caídos en el cumplimiento del deber”.
        General de Ejército Raúl Castro Ruz (1976)

   Preservar la independencia de la República Popular Democrática de Angola, más que la premisa de una misión militar en tierras lejanas, devino escuela de solidaridad y humanismo para los miles de cubanos asistentes al llamado de la Patria, y en respuesta a la petición del presidente Agostinho Neto y del Movimiento Popular de Liberación de
Angola (MPLA).
   El Coronel de la Reserva Miguel Baulloza García fue uno de esos 300 mil hombres movidos por un objetivo común, sin importar distancias geográficas o étnicas, y guiados por el legado de una esclava africana que el cinco de noviembre de 1843 se rebeló contra los esclavistas españoles en el ingenio Triunvirato, en la provincia de Matanzas.
   Con 77 años de edad y en su hogar de la ciudad de Pinar del Río, hoy recuerda aquellos días en suelo angolano como parte de la denominada Operación Carlota, marcados por la resistencia a tropas de potencias extranjeras y la hermandad entre iguales.
   Como segundo jefe de las fuerzas cubanas en el sur, guió a más de 30 mil efectivos en sus dos momentos en esa nación africana- la segunda misión fue de 1988 a 1990- y dirigió innumerables combates en escenarios como Kuando- Kubango o Cunene.
   Ataques a bases de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), ocupación de varias zonas y preparación de soldados, entre otras, formaron parte de las funciones desempeñadas por Baulloza durante los cuatro años y cinco meses que permaneció en ese país.
   Contamos con fuerzas altamente capacitadas- remarcó-, pues adiestramos a los hombres de manera integral, para que pudieran cumplir cualquier tarea sin dificultad, tanto para el levantamiento de minas, exploración, el manejo de disímiles armamentos, como para conducir.
   Tomó parte en la dirección de los sucesos de Cassinga, en 1978, tras el bombardeo de aviones sudafricanos al sitio donde radicaba un campamento de refugiados namibios, a 250 kilómetros de la frontera internacional, hecho considerado como un acto de genocidio.
   Los cubanos se aproximaron a la zona, y obligaron a las fuerzas racistas a retirarse en sus helicópteros y eludir el combate, aunque en el trayecto perdieron la vida 16 combatientes internacionalistas y 76 resultaron heridos.
   Al final del día se habían evacuado todos los heridos y los miles de cadáveres tuvieron que ser enterrados en dos fosas comunes, después de realizada la despedida del duelo, apuntó.
   También fungió en calidad de jefe de la seguridad que organizó con tres meses de antelación la visita del Comandante en Jefe Fidel Castro a la provincia de Namibe, en el sur, en la cual recorrió vario lugares.
   Precisó que toda operación militar requería al menos dos días de preparación conjunta con las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (FAPLA).
   En su segunda estancia en Angola, asumió la responsabilidad de jefe de una unidad de tanques debido a su dominio del área sureña del territorio angolano, y contó con la compañía de 14 mil hombres, quienes libraron unas 120 acciones combativas de diferente tipo, en el
sitio eje de la UNITA.
   Tres heridas de balas en todo su cuerpo, si bien no representan una cifra alarmante, reflejan el empuje de este ser humano, que culminó su quehacer con poco más de 50 años.
   No solo aportamos combatientes, también médicos, maestros, constructores que ayudaron a construir una nación más consolidada, puntualizó.
   Lo más gratificante fue lo aprendido, el respeto ganado por la Revolución cubana ante el mundo, el logro de la soberanía de Angola, la independencia de Namibia en 1990 y el derrocamiento del apartheid sudafricano, apoyado por el imperialismo norteamericano, de ahí la
estabilidad que hoy ostentan esas tierras.
   Frente a un enemigo poderoso, cubanos y angolanos lucharon como hermanos y en igualdad de condiciones, para trazar una de las páginas más heroicas de la historia de la humanidad.
   Otras misiones demandaron sus esfuerzos una vez en Cuba, y ocupó cargos de dire ción no solo en Pinar del Río sino también en La Habana.
   Actualmente, ya retirado, es el jefe del grupo militar del Consejo de Defensa Provincial y se dedica a tareas agrícolas en una finca de cinco hectáreas de extensión.
   Al referirse a las nuevas generaciones de cubanos, destacó la importancia de que mantengan viva la llama y las tradiciones combativas del pueblo y de estar siempre preparados para la defensa de la Patria.
   Cuba aún tiene todavía mucho para regalar a la humanidad, por eso los habitantes de esta Isla cumplen misiones en diferentes esferas como la salud, educación, cultura y deporte; aunque muchos en el mundo no quieran comprender el significado de internacionalismo, tan
practicado aquí.