La Habana, 23 jun (ACN) A propósito de su reciente presentación en el Oratorio San Felipe Neri, de La Habana Vieja, el joven pianista Rodrigo García, quién, además, resultó el artista con más nominaciones (ocho en total) en el Festival Cubadisco 2025, ofreció declaraciones en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias, para hablar sobre su trayectoria artística.
Quién exhibe hoy sus 27 años de edad, comenzó en el mundo de la música hace más de 20 años, específicamente cuando tenía cinco o seis años de edad, asistiendo a cursos de introducción a la música, impartidos por su tía Dayana García.
Nunca imaginó que lo que empezó como un juego iba a terminar siendo su profesión, esa que hoy lo hace sentir satisfecho y agradecido de venir de un ambiente familiar que lo ayudó a apostar por las artes.
Hijo de la cantante Rochy Ameneiro y el productor musical Josué García, Rodrigo confesó que, a pesar de crecer rodeado de musicalidad, esto no condicionó su elección, al contrario, le sirvió para darse cuenta de que también tenía condiciones para incursionar en este mundo con su propio estilo, perfeccionando su aprendizaje y desarrollo.
Fue así como llegó al Conservatorio Manuel Saumell, junto a su profesora Hortensia Upmann, quién durante siete años le impartió clases de piano, ese fiel amigo que lo acompaña hasta hoy.
También estudió cuatro años de nivel medio en el Conservatorio Amadeo Roldán, bajo la égida de Aldo López-Gavilán; pero no fue hasta el 2022 que se convirtió en un profesional del piano, después de cinco años en el Instituto Superior de Arte, de la mano de su maestra Liana Fernández.
Según García, el piano se ha vuelto imprescindible en su vida, pues lo ha acompañado durante años y le ha traído a su vida mucha alegría, además de haber encontrado en él una forma de comunicar que va más allá del lenguaje convencional.
A pesar de su corta edad, este heredero de una rica tradición artística deja ver en cada presentación su refinado gusto musical y virtuosismo para tocar el piano, convirtiéndose en uno de los jóvenes talentos de la pianística cubana.
Para Rodrigo, solo existe una palabra capaz de definirlo y esa es "aprendiz", valorando el deseo constante de aprender y perseguir más sueños, así como establecer nuevas metas para vivir experiencias enriquecedoras, siempre en compañía de un instrumento que ama y lo provee cada día de inauditas sensaciones.