Joel Mayor Lorán Foto del autor
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12 Agosto 2023

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Artemisa, 12 ago (ACN) Los participantes en el Coloquio sobre Tambores Batá, realizado hoy en el Cine Teatro Juárez como parte de la segunda edición del Festival Artemisa Los participantes en el Coloquio sobre Tambores Batá, realizado hoy en el Cine Teatro Juárez como parte de la segunda edición del Festival Artemisa Mestiza, conocieron más sobre las claves de sus sonidos, esos que consideran el primer telégrafo o la primera carta de la humanidad.

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Mestiza, conocieron más sobre las claves de sus sonidos, esos que consideran el primer telégrafo o la primera carta de la humanidad.

Miguel Barnet, presidente de la Fundación Fernando Ortiz y de honor de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), compartió con la Agencia Cubana de Noticias su idea de declarar al tambor, primero Patrimonio de la nación cubana y después de la Humanidad.

Entonces, el tambor batá tendrá un reconocimiento especial, por su significación más allá del sonido, y uno de sus grandes tocadores recibirá un premio, aseveró.

El poeta, escritor y etnólogo cubano agradeció la lección de espiritualidad que brindaron Manuel Goicochea y Emilio Soto, fabricantes de ese instrumento, los conocedores y verdaderos maestros, a los reunidos bajo el misterio de su ejecución.

Batá se nombra al conjunto integrado por tres tambores de dos parches: de mayor a menor, Iyá, Itótele y Okónkolo. De antecedentes yoruba, se les utiliza principalmente en las fiestas religiosas de procedencia africana.

Ulises Mora Valiña, presidente del Festival Internacional Timbalaye, refirió que esos tambores, tallados en madera y con forma de reloj de arena, han sido, son y serán el instrumento que determina a Cuba como nación.

Manuel Goicochea, lutier y promotor de la Casa de Cultura de Artemisa, abordó el proceso de construcción aun antes de cortar la madera: la ceremonia, confección a mano, consagración, rituales, tradiciones desechadas que insiste en rescatar y el legado de los tambores batá.

Familia, ese es el significado de la palabra batá, sostuvo Emilio Soto, promotor cultural y miembro de la Uneac. Justamente, su función es comunicarse con los orishas, las deidades y tanto personas vivas como difuntos.

Agregó que su sonido los ha dotado de un virtuosismo capaz de recorrer el mundo, incluso hasta Canadá, China y Japón.

Los tambores batá han hecho música en el silencio, advirtió, y puso como ejemplo el lenguaje de señas creado para combinar sonidos, que aprovechó para impartir clases a personas sordas.

Tras el coloquio se inauguró la exposición "Los Tambores de Aponte" y se premió a los ganadores de la competencia de toques de tambores batá.

La segunda edición del Festival Artemisa Mestiza, que concluirá mañana domingo, tiene como objetivo desarrollar la identidad cultural de esta occidental provincia, fundada en 2011, contribuir a realzar valores estéticos culturales, y reconocer a personalidades del sector en el territorio.