Plaza Mariana Grajales cumple 40 años de historia y resistencia

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ACN - Cuba
Dianelis Díaz Bueno | Fotos: Lorenzo Crespo Silveira
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26 Julio 2025

Guantánamo, 26 jul (ACN) Este 26 de julio, Guantánamo no solo celebra el aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, sino también los 40 años de su Plaza de la Revolución Mariana Grajales Coello, la única en Cuba que honra con su nombre a una mujer. 

   Todo comenzó en 1983, cuando un concurso nacional convocado por el Partido Comunista de Cuba, la Dirección Provincial de Cultura y la Comisión de Desarrollo de Cultura Monumental y Ambiental, CODEMA, buscaba de un espacio que reflejara la identidad de este territorio oriental, ante la insuficiente capacidad de la plaza Pedro Agustín Pérez para concentrar grandes masas en actividades políticas y de otro tipo.

   Así lo comenta a la Agencia Cubana de Noticias Alejandro Jardines Almanares, actual director de la plaza, quien, además de su historia y características patrimoniales, destacó el profundo orgullo y compromiso que siente por ella.

    Relata Jardines Almanares que según las bases del concurso, los proyectos debían reflejar las características físico-geográficas, culturales, patrióticas e históricas de este territorio oriental, y en eso los ganadores fueron el arquitecto Rómulo Fernández, el escultor José Villa Soberón, el pintor Ernesto García y otros destacados intelectuales.

   "En febrero de 1985 comenzaron los movimientos de tierra para la construcción de esta majestuosa obra, que culminaron justo a tiempo para que Fidel Castro la inaugurara ese mismo año, durante el 32 aniversario del histórico 26 de Julio, junto a otras obras sociales como el hospital general docente doctor Agostinho Neto, destacó Almanares, quien trabajó por 11 años en el museo Casa Pedro Agustín Pérez de la ciudad.

   No fue una plaza más: desde su concepción, se pensó como un símbolo vivo, su diseño arquitectónico refleja el contraste climático de la provincia.

  Los jardines exteriores con climas áridos, secos y poblados de cactus, evocan el sur seco, mientras que los interiores, con helechos y vegetación frondosa, remiten a las montañas del Nipe-Sagua-Baracoa.

   "Los rodapiés de la plaza son famosos y poco usuales por estar llenos de piedra china pelona que son características de los ríos guantanameros; la técnica de coco rayado igualmente se utiliza en diferentes lugares para representar también lo que es la cultura guantanamera", explica Jardines,  en el cargo de director desde noviembre de 2024.

   Pero su verdadera magia está en cómo se funde con la ciudad, con un paso peatonal, único en su tipo en Cuba, la atraviesa, conecta una parte antigua y moderna de la ciudad, por allí transitan miles de guantanameros cada día, estudiantes, trabajadores del cercano hospital Agostinho Neto, también inaugurado hace 40 años por el Comandante en Jefe Fidel Castro; personal del Banco del Caribe o el hotel de la ciudad.

   Algunos la cruzan rápido, otros se detienen a admirar sus columnas, a recordar los discursos de Fidel, o a revivir los desfiles del Primero de Mayo, donde generaciones enteras marcharon, el escenario de celebraciones que reafirman su identidad. 

   "El conjunto escultórico desde las bases del concurso hasta hoy, rinde homenaje una línea central: la Revolución cubana es una sola, sigue un hilo histórico desde las luchas independentistas hasta la actualidad, rinde homenaje al 24 de febrero, a sus principales figuras de la guerra del 95: José Martí, Antonio Maceo, Máximo Gómez, Calixto García.

   "También a la mujer, a la Brigada de la Frontera, las luchas campesinas, al Ejército Rebelde, todos estos tributos están inmortalizados en sus columnas", relató sobre la plaza, que lleva categoría de museo, y desde hace 30 años es monumento local.

   "En su parte soterrada contiene tres salones principales —de conciertos, reuniones y protocolo— que exhiben pinturas que narran la gesta mambisa, la guerra de liberación (1956,1958), y celebran la labor sociocultural, económica de Guantánamo después del triunfo de la Revolución, con homenajes al cacao, al coco, los ríos, la montaña, al café. 

   Esas paredes son testigos silenciosos de reconocimientos a importantes figuras de la política, el arte, la cultura, la ciencia y el deporte, allí el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz recibió La Fama y el General de Ejército Raúl Castro Ruz recibió también ese símbolo junto a El Cemí, en sus pasillos fotos son prueba de ello.

   Lo más distintivo de ella es su nombre, sobre lo cual Jardines menciona que es la única plaza que no rinde tributo a su principal figura (Pedro Agustín Pérez) pero nadie objetó que se llamara así: Mariana Grajales, madre de los Maceo, quien dedicó su vida y familia a la independencia de Cuba.

   "Ella vivió en nuestras montañas, sus hijos se forjaron aquí, se hicieron famosos aquí, decir Mariana es hablar de entrega, de Revolución, ella abrió ese camino al empoderamiento de la mujer, e inspiró a futuras generaciones", relata orgulloso.

    Cuatro décadas después, la Plaza Mariana Grajales sigue erguida, bella e inigualable, dominando el paisaje urbano sin que nada la opaque, no es solo un monumento: es el lugar donde el pueblo celebra, recuerda y camina, un testimonio vivo de cómo es Guantánamo, una provincia que resiste y festeja su historia, hay que protegerla, hacerla nuestra, como concluyera Jardines Almarales, "es sobre todo, la plaza de los guantanameros."