Santiago de Cuba, 4 mar (ACN) Los obstáculos impuestos al país para obtener combustibles, nuevas tecnologías y piezas de repuesto dificultan el quehacer en la Refinería de Petróleo Hermanos Díaz, en Santiago de Cuba, insigne por la creatividad de sus innovadores.
Según refirió a la Agencia Cubana de Noticias Irene Barbados, directora general de la institución, el déficit financiero a causa del genocida bloqueo impuesto a la isla por el gobierno estadounidense interrumpió durante los últimos años el proceso de refinación, principal objeto social del centro.
Subrayó la indisponibilidad de materias primas como mayor afectación al desempeño de la empresa, pues la posiblidad de comprar el crudo con regularidad favorecería el procesamiento y obtención de productos necesarios para la sociedad y la economía.
La iniciativa adoptada por los innovadores desde el año 2022, basada en la refinación de crudo no convencional, permitió contar con diésel y productos combustibles para la generación eléctrica, así como superar el estado de pérdidas de la empresa, explicó.
De acuerdo con Barbados, un estudio detallado de las propiedades del material, empleado exclusivamente en las centrales termoeléctricas, posibilitó adecuar los procedimientos, optimizar la calidad e incrementar las ganancias de la empresa y los trabajadores.
Aseguró su afianzamiento como eslabón esencial en la comercialización y distribución de combustibles pese las limitaciones, pues cuentan con un muelle internacional y una de las bases de tanques más grandes del país, aptas para el almacenamiento de diésel, queroseno, gas licuado de petróleo, entre otros.
Por otro lado, apuntó el difícil acceso a reactivos químicos y equipamiento de laboratorio, debido a la reducción paulatina de proveedores, en tanto reconoció el activismo obrero en la obtención autorizada de solventes y otras sustancias, a fin de certificar la calidad con los estándares requeridos.
Con más de 700 trabajadores, la Refinería de Petróleo Hermanos Díaz se caracteriza por la permanencia y arraigado sentido de pertenencia del personal, imprescindible en tiempos de contingencia energética.