La Habana, 8 jun (ACN) La defensa de la legalidad en Cuba cobra auge desde hace años con la celebración cada 8 de junio del Día del Trabajador Jurídico.
Cada vez más la efeméride se afianza en su gestión de enseñanza, justicia y de principios dirigidos a la Patria, y sus raíces están dadas en un hecho histórico de enorme trascendencia.
El ocho de junio de 1865, uno de los más queridos próceres de la Independencia de Cuba, Ignacio Agramonte Loynaz, presentó y desarrolló su Tesis de Grado como futuro abogado en la Universidad de La Habana.
Un tribunal de reconocida exigencia profesional tuvo a su cargo la discusión final del tema: Estudio bajo el punto de vista del principio racional, sobre el derecho reformado por Justiniano en comparación con el anterior a su época.
Como se esperaba, el joven obtuvo la calificación de Sobresaliente e inicialmente se denominó Día del Abogado, por la costumbre en otras épocas, pero después del triunfo de la Revolución Cubana en 1959 pasó a nombrarse, con más propiedad, Día del Jurista.
Finalmente se adoptó la actual denominación: Día del Trabajador Jurídico, título más apropiado y justo, pues comprende no sólo a los juristas sino también a todos los trabajadores que auxilian en sus tareas.
En esta oportunidad, la Fiscalía General de la República (FGR) reconoció en La Habana a Anneliesse Toranzo y Lay Trujillo por sus resultados integrales de trabajo en defensa de la legalidad.
También a Dimas Alfredo Herrera por su nominación al Premio Provincial de Derecho Julio Fernández Bulté (eminente catedrático cubano 1937-2008), y entregó la condición de Jurista Más Destacado de 2024 que otorga la Junta Directiva Provincial de la Unión de Juristas.
Con más de 35 años al servicio del Derecho, el fiscal Manuel Castellanos recibió el Premio a la Obra de la Vida, conferido por la Unión de Juristas, y el órgano central de la FGR un diploma de estímulo por sus satisfactorios resultados en el funcionamiento de la organización y tareas de impacto social.