Guantánamo, 17 may (ACN) La satisfacción de que Guantánamo sea parte directa de la vida y obra del Héroe Nacional cubano se destacó por la Doctora en Ciencias Históricas Noralis Palomo Díaz, Presidenta de la filial de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM) en la provincia más oriental del país.
A dos días del aniversario 130 de la caída en combate del Apóstol por la Independencia de Cuba, Palomo Díaz significó que el vínculo con Martí no solo proviene de su huella a partir del 11 de abril de 1895, cuando desembarcó junto a Máximo Gómez y otros patriotas por Playita de Cajobabo, Imías, sino porque antes de esa fecha gloriosa, Guantánamo no es un lugar desconocido para el Maestro.
Más de 20 referencias en su epistolario y en Patria sobre Guantánamo lo evidencian, entre ellas la llegada a Cuba, por Guantánamo de La Edad de Oro, para su promoción, con lo que se cumplió el mandato de Martí de llevar a cabo esa “empresa del corazón y no de mero negocio”, lo cual enaltece en la porción más oriental de la nación, el legado martiano, enfatizó.
La presidenta de la SCJM calificó de dura prueba la travesía iniciada en Playita de Cajobabo el 11 de abril de 1895, donde un Martí débil de salud, aquejado por fiebres, no habituado a escalar montañas, con una grave tumefacción en el tobillo, enfrentó la sed, el cansancio, la sudoración constante, la lluvia, y una floresta cerrada y hostil.
El de Martí fue un paso fecundo por tierra guantanamera, junto a su “mano de valientes” durante 19 “días bellos y recios” para continuar la dirección de la “guerra necesaria” que él organizó y pronosticó “breve y generosa”, hace 130 años, evocó la investigadora e historiadora.
Explicó que el territorio guantanamero, su naturaleza, topografía, idiosincrasia, flora, fauna, costumbres, tradiciones y la nobleza de su gente, también fue inspirador del Diario de Campaña que perpetúa la singular región más oriental de Cuba, a la vez que funde, en una suerte de virtud, la huella de quien, con finísimo verbo describió su “dicha grande” y “paz de alma” con la voluntad de generaciones de cubanos y guantanameros comprometidos con su preservación y desarrollo.
Fueron 13 los lugares donde Martí y los expedicionarios acamparon en las noches, además de cuatro sitios de significación en su paso por la región, en los cuales, aunque no pernoctaron, constituyeron sitios relevantes.
Se refirió a la consabida sensibilidad del Apóstol, el cual al margen del permanente acoso enemigo, halló siempre el tiempo para agradecer el cariño y la ternura de los lugareños, captar la grandeza espiritual que radica en la pobreza, y significar el vasto mundo cultural del campo cubano.
Quizás como en ninguna otra parte del país, en Guantánamo tenemos suficientes razones para disfrutar el legítimo orgullo de que el Apóstol cubano eligiera este punto de su tierra natal para desembarcar 11 de abril de 1895, escogida como la fecha más importante de la provincia, subrayó.
A la distancia de 130 años de su muerte, Martí irradia luz con total nitidez, los temas centro de nuestra batalla armonizan con los que constituyeron sus inquietudes y persistirá como legado sagrado en generaciones de cubanos, seguros, como él lo auguró, de que «perdura lo que un pueblo quiere», y su presencia es y será tan vital como legítima, en cada hora de Cuba.