La foto de Rafael en Artemisa

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ACN - Cuba
Joel Mayor Lorán I Foto del autor
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11 Noviembre 2024

Artemisa, 11 nov (ACN) Al pasar de los días, ¿cuál será la imagen precisa para recordar al huracán Rafael en Artemisa, el demonio natural que sembró horror y devastación, en tanto arrancaba árboles, volaba techos, quebraba cristales y derribaba estructuras de hormigón por doquier?

   La cámara del móvil se ha empeñado en almacenar las más disímiles: la de ventanas sin luz, clausuradas con grandes piezas de poliespuma y trancas cruzadas, para impedir la entrada a los vientos, y la de accesos a hogares bloqueados por enrevesadas madejas de  ramas y troncos.

   El Xiaomi Redmi 9A guarda las de farolas y postes torcidos o echados a tierra por un soplo feroz, las de tejas que cubren calles en lugar de casas, la de buldóceres que rompen la selva en la cual quedó convertida la ciudad… y la del estadio desnudo, que perdió la cubierta y hasta dos brazos. 

   Dejó un espacio triste a las nueve mil hectáreas de plátano dañadas, las mil 800 latas de café esparcidas por el suelo y las 10 máquinas de riego volcadas, con las ruedas hacia arriba, y otros megas para atestiguar la voluntad de los campesinos de cosechar, restaurar y volver a sembrar. 

   ¡Vaya galería capaz de alojar incluso la música en fotos… de un bulevar de cristales y sueños rotos, y la de uno y mil barredores de tristezas!

   Porque tiene también la de soldados que limpian un canal al machete, como mambises modernos; la de jóvenes de verde olivo que asean las calles a fuerza de sudor; la de jabas de nailon con que los vecinos ataron la luz (o anudaron cables), mientras llegan los linieros al barrio.

   Atesora la imagen hermosa de gente que no espera y hace lo suyo, la de trabajadores que no precisan convocatoria para devolver esplendor a su escuela, fábrica, redacción o combinado deportivo.

   Presume de haber captado el ronroneo de camiones y el ir y virar de carretillas que se llevan ayeres y traen mañanas.

   Muchos recordarán a Rafael por tanto destrozo, pero siempre habrá quien prefiera acordarse mediante la toma de una diosa apuntando su flecha una vez más hacia el cielo, porque Artemisa ni traiciona su historia ni se rinde.