Artemisa, 26 sep(ACN) Frente al Mausoleo a los Mártires de Artemisa se alza el edificio más alto de la provincia; tiene ocho plantas, y le conocen así; esta noche se efectuó la segunda asamblea de rendición de cuenta y el principal resultado fue el compromiso de los vecinos con su cuidado.
La posición del inmueble es privilegiada, por lo cual exige un tratamiento especial desde el gobierno y sus habitantes; pero la respuesta de ambas partes dista mucho de la esperada.
El encuentro requería un representante del sector de la vivienda, pues son muchos los problemas constructivos del edificio.
Ante su ausencia, el delegado, Armando Hernández Valdés, explicó que se debe esperar al plan de 2025 para conocer el monto del presupuesto para reparaciones. Si lo asignan sería un gran logro, iniciar es un reclamo de todos.
Hernández Valdés reconoció el envejecimiento de los planteamientos en este ámbito, una deuda que también espera ser saldada sin más dilaciones.
Pedro Castellanos, inquilino del quinto piso, aludió a la necesidad de velar por el cuidado del elevador: hay muchas personas que lo necesitan por la edad, sostuvo.
Ciertamente no se cuida como es debido.
Se refirió, además, a la falta de medicamentos en la farmacia de la zona, a la pésima calidad del pan de la bodega, y a la situación constructiva del hospital Ciro Redondo García.
Otra electora, María Elena Medina, habló del irrespeto al reglamento del edificio, a la basura que lanzan desde los balcones. Olvidó el ruido, el descuido de la limpieza
Y eso nada tiene que ver con el presupuesto para mantenimientos; es indisciplina social, de las que sobran ejemplos.
Fue oportuno que los propios vecinos abordaran este tema; para exigir hay que aportar y en este caso sería cuidando la limpieza; enfrentando las indisciplinas; siendo ejemplo de ciudadanos.
Alguien dijo que “el ocho plantas es un edificio lindo por fuera y…”, y ¿de quién es la culpa?
Es la casa grande de muchos. Y esos muchos tienen el deber de mantenerla bella.
Fue emotivo que recocieran a dos jóvenes destacados por su desempeño en el servicio militar y al querido Charles (Alfredo González Camejo), quien se empeña día a día por mantener la limpieza exterior y en ayudar a quienes lo buscan.
Se llamó al concurso de todos. Quizás no fue la mejor reunión. Pero se demostró que la unidad del barrio es difícil de romper.