El Código del futuro 

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ACN - Cuba
Redacción ACN | Foto: juventudrebelde.cu
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08 Junio 2025

La Habana, 8 jun (ACN) Luego de la aprobación de su Anteproyecto por el Consejo de Ministros, el Código de Niñez, Adolescencias y Juventudes entra en una etapa clave: que se convierta en ley e impacte realmente en la vida de las nuevas generaciones.

«HEMOS trabajado durante más de un año. Escuchamos muchas voces para construir de manera colectiva un texto legal que aspira a ser útil, justo y cercano a la realidad cubana, a sus principales destinatarios, a quienes son el porvenir de la nación», afirmó Marlen Triana Mederos, viceministra de Educación, en entrevista concedida a Juventud Rebelde.

Hace pocas semanas, el Anteproyecto de esa norma jurídica fue aprobado en una sesión extraordinaria del Consejo de Ministros para ser presentado al Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, «una decisión que nos emociona y nos compromete aún más», aseguró la funcionaria a propósito de ese importante resultado.

«Recordemos que en julio de 2023, el Parlamento aprobó la Política Integral de Niñez, Adolescencias y Juventudes, en la que se reconocía la necesidad de actualizar el Código vigente desde 1978. A partir de ahí, se incluyó su elaboración en el Cronograma Legislativo 2023-2027.

«Este paso nos alegra. Es el resultado de un trabajo serio, colectivo y prolongado que ahora entra en una etapa clave: que el Código se convierta en ley e impacte realmente en la vida de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en Cuba», aseveró Triana Mederos, quien puntualizó que la creación del grupo temporal de trabajo para ocuparse de todo lo relacionado con el Código resultó esencial.

—En octubre de 2023 se constituyó el grupo temporal de trabajo para la elaboración del Código de Niñez, Adolescencias y Juventudes, liderado por el Ministerio de Educación y con la participación de múltiples órganos, organismos y entidades del Estado, así como la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y las organizaciones estudiantiles, refirió. 

Además, en un inicio, se contó con el apoyo técnico del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y de centros de investigación que se dedican a los estudios sociales.

«Las acciones desarrolladas incluyeron una amplia revisión normativa y documental, que abarcó el análisis de la legislación nacional vigente en materia de infancia y adolescencia, el estudio de tratados internacionales y documentos del Comité de los Derechos del Niño, así como la revisión de normas de otros países y estudios nacionales, comentó.

 Se identificaron brechas normativas y prácticas, y se elaboraron sucesivas versiones del anteproyecto a partir de espacios de análisis y consulta con expertos. La coordinación interinstitucional fue decisiva para integrar perspectivas sectoriales, evitar duplicidades y promover el proyecto ante tomadores de decisiones y los medios de comunicación.

«Después de 14 meses de trabajo continuo, el 5 de diciembre de 2024 se publicó en el sitio web del Ministerio de Educación el Anteproyecto del Código de Niñez, Adolescencias y Juventudes. Desde entonces se sucedieron otros meses de intensas labores para incorporar los criterios relevantes derivados de los procesos de consulta, incluidos los intercambios con niñas, niños y adolescentes».

Precisó que se tomaron como referencia legislaciones de países latinoamericanos, entre ellos las de Argentina, Bolivia, Costa Rica, Chile, Venezuela, Nicaragua, México y Uruguay, recomendaciones de Naciones Unidas y normas cubanas recientes, como el Código de las Familias. 

La ley vigente databa de 1978, y desde entonces hasta acá han cambiado profundamente la realidad social, los desafíos que enfrentan niñas, niños, adolescentes y jóvenes, y los marcos legales internacionales.

Opinó que era urgente contar con una norma moderna, alineada con la Convención sobre los Derechos del Niño, coherente con la Constitución de 2019 y el Código de las Familias, y capaz de responder a temas actuales como los riesgos en entornos digitales.

«De la ley anterior se mantienen elementos valiosos como el rol fundamental de las familias en la garantía de los derechos de niños, niñas y adolescentes, el establecimiento de deberes individuales, el valor del desarrollo educativo, científico y cultural de las personas jóvenes, entre otros. Todo ello se ha fortalecido con una mirada más actual y garantista».

Consideramos que sí, el Código refleja adecuadamente los derechos y las perspectivas de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en Cuba, aseguró. 

La consulta realizada con ellos fue sustantiva: nos permitió confirmar que muchas de las necesidades que ellos reconocen ya estaban incluidas, y también identificar aspectos que debían fortalecerse desde su propia mirada, agregó. 

El texto reconoce que cada niña, niño o adolescente es único y puede crecer en contextos muy distintos, por eso intenta dar respuesta a esa diversidad desde el respeto, la inclusión y la no discriminación, proclamó Marlen Triana Mederos.