Santa Clara, 16 jul (ACN) El proyecto Resiliencia climática en Ecosistemas Agrícolas de Cuba (IRES) ha tenido un impacto positivo en la finca Santa Amalia del municipio de Corralillo, uno de los tres territorios beneficiados en la provincia de Villa Clara y que persigue el objetivo de mitigar desde un enfoque integral los efectos negativos de cambios medioambientales.
Yudel Almeida Sánchez, campesino y usufructuario de esta estancia seleccionada para el desarrollo del programa en el territorio, declaró a la ACN que con el apoyo de IRES han aprendido a ganar en capacidad de adaptación frente a los nuevos desafíos del campo.
Destacó además Almeida Sánchez la labor del equipo en la capacitación y la entrega de recursos necesarios para realizar un trabajo más completo e integral que se refleje en los resultados productivos y ecológicos.
Explicó que la iniciativa representó un gran reto por su fuerte componente ambientalista, y no contaban con la preparación ni la experiencia necesaria para desarrollarla, a diferencia de otros programas en los que ya habían trabajado anteriormente, como los de ganadería, cultivos varios y ganado menor.
En la actualidad cuentan con proyectos enfocados en el cultivo frutal, como mango y cítricos, y disponen de un amplio marco de siembra que aprovecharán con la ayuda de IRES, indicó.
Yaidel Almeida Oropesa, campesino, señaló que el proyecto ha beneficiado mucho en cuanto a conocimientos y en la adquisición de gran parte del equipo de trabajo, como podadoras, mochila motorizada y motosierra, herramientas que les permiten realizar sus labores con mayor eficiencia y facilidad.
La tecnología y los recursos proporcionados por el proyecto han sido de ayuda en los momentos más difíciles y humanizan el trabajo diario, indicó Danay Oropesa, productora de la finca Santa Amalia perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios Pedro Lantigua.
IRES, iniciativa implementada por el Ministerio de Agricultura de Cuba, con asistencia técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y financiamiento del Fondo Verde para el Clima fomenta la participación activa de los productores en actividades de capacitación teórica y práctica, y promueve un desarrollo integral que combina ciencia y técnica.