Nueva Gerona, 6 sep (ACN) Con el impulso de un trabajo voluntario masivo convocado por el movimiento sindical, arrancó hoy en Isla de la Juventud la campaña de siembra de frío, que se extenderá hasta el 28 de febrero, cuyas labores se concentraron en las áreas del colectivo laboral Roberto Orestes Moreno, conocido como el 44.
Yunieski Pi Serrano, subdelegado del sistema de la agricultura en el municipio especial, reconoció que el reto es complejo debido a las dificultades con piezas y componentes de la maquinaria agrícola, sin embargo, destacó la voluntad de los trabajadores para superar las cinco mil 199 hectáreas sembradas en la campaña anterior.
El compromiso es grande y difícil, pero contamos con hombres y mujeres decididos a vencer los obstáculos económicos y financieros que impone el bloqueo de Estados Unidos a Cuba, afirmó.
Precisó que, no obstante, el territorio dispone de una maquinaria activa compuesta por 437 tractores, 28 gradas, 13 arados, dos surcadores y nueve sembradoras, entre otros equipos de labranza a fin de incrementar la producción, especialmente, en cultivos rústicos como yuca, boniato, plátano y malanga, esta última de vital importancia para el consumo social.
La campaña de primavera concluyó con un cumplimiento del 107 por ciento en los planes de siembra, aunque los indicadores aún resultan insuficientes para satisfacer la demanda local de alimentos, se trazan estrategias que encadenen producciones con las industrias del sistema y agregar valor a los productos agrícolas, acotó.
Durante el acto de inicio, y en presencia de las máximas autoridades del territorio, se reconoció a los colectivos y productores más destacados de la campaña anterior, entre quienes destacan la empresa de tabaco, el colectivo laboral el 44 y las cooperativas de Créditos y Servicios Ovidio Pantoja y Ramón López Peña, mientras en lo individual merecieron lauros los productores Indira Pantoja Santos y Euclide Veirut González.
Esta jornada sabatina cerró con un llamado a la participación activa en la nueva campaña, bajo la convicción de que se puede hacer más para garantizar la seguridad alimentaria del pueblo pinero.
