Ángel Piriz Momblant: yo nací para ser médico cirujano (+Fotos)

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ACN - Cuba
Dianelis Díaz Bueno | Fotos: Lorenzo Crespo Silveira
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30 Abril 2025

Guantánamo, 30 abr (ACN) La risa del doctor Ángel Piriz Momblant, cirujano guantanamero, estalla desde el sillón de su casa, en la calle Carlos Manuel de Céspedes, de esta ciudad, antes de que pronuncie palabra quien desde este 29 de abril es, oficialmente, Héroe del Trabajo de la República de Cuba.  

  Sus ojos brillan, testigos de décadas de batallas quirúrgicas de un hombre que con mucha humildad, prefiere hablar, antes que de sus éxitos, de sus pacientes,  esos que moldearon la obra de un médico que desafió el desconocimiento sobre cirugías pancreáticas con investigación, dedicación, esfuerzo y pasión por lo que hace.

   Especialista en hígado, vías biliares y páncreas, su carrera es un mosaico de logros: el símbolo de La Fama que otorga la Asamblea Municipal del Poder Popular; distinciones provinciales, el Premio de Salud Provincial en 2012, 2014 y 2018, pero su verdadero legado no cabe en medallas: fue él quien trazó el camino de las cirugías pancreáticas con primeros grandes pasos.

   Nacido en 1939, cuando Guantánamo no era aún provincia, su vocación surgió entre travesuras de infancia, cuando diseccionaba lagartijas para explorar su interior, espiaba las vísceras de los cerdos sacrificados en casa y desobedeció a su padre, el cual deseaba que su hijo se convirtiera en un abogado criminalista. 

  "No me interesaba esa profesión-cuenta a la Agencia Cubana de Noticias- yo nací para ser médico y especialmente cirujano, me dedicaba a leer la sección médica de la revista Bohemia, siempre lo tuve claro y nunca lo dudé", dice muy seguro el especialista de Segundo Grado en Cirugía General.

  "La medicina la estudié con la Revolución en el poder, en La Habana solo estuve un año porque al abrir la Universidad de Medicina en Santiago de Cuba me trasladé allí por los viajes largos y costosos a la capital; tuve una formación estricta con profesores tan exigentes que al salir lo hice seguro de cómo realizar una operación y tratar a mis pacientes sin temor”, explica el también Máster en Ciencias en Urgencias Médicas. 

   Santiago también fue testigo de su especialización, de su posgraduado en Cienaguilla y Veguita, pero fue la llegada a su tierra natal en 1975 que lo cambió todo, solo había cuatro cirujanos, él sería el quinto y pronto el que impulsaría un cambio revolucionario. 

  "Pasé a ser jefe de servicio y noté que no existía una prestación más amplia a la población -comenta- faltaban las especialidades de páncreas, hígado y se operaba algo de vías biliares, por lo cual buscamos cómo introducir las técnicas quirúrgicas sobre el páncreas en la provincia e investigamos sobre ese servicio que solo se hacía con las técnicas adecuadas en el Hospital Hermanos Ameijeiras de La Habana”, rememora. 

   Así, en el Hospital Agostinho Neto del Alto Oriente Cubano –del cual tiene el honor de ser fundador— realizó la primera cirugía pancreática de la provincia, luego de convencer a los escépticos que sí se podía y hubo resultados, aunque reconoce que no fue fácil, antes pasó 10 años en cirugía general para dominar la técnica.

   Investigó, operó y cuando dominó el arte quiso hacer más: escribió, ¡Ay, en qué problema yo me vi!, recuerda, al  tiempo que ríe sobre su primer libro, Páncreas, técnicas quirúrgicas (2010) hoy referente nacional, el cual  cuenta con una segunda edición (2018) y que le valió el Premio Anual de Salud en 2012.

   "Aunque lo escribí para Guantánamo, en la editorial Ciencias Médicas de La Habana, Ecimed, se sorprendieron: era el primer texto nacional sobre el tema, me felicitaron por ello y lo socializaron por todo el país", dice sobre la obra. 

   Seis libros le siguieron, como autor y coautor, todos sobre ese órgano glandular fundamental para la digestión; sus textos mezclan datos técnicos de operaciones de sus pacientes, dificultades de casos, siempre ilustrados con fotos de sus propias intervenciones. 

  Con orgullo muestra los cinco de ellos que tiene en físico, uno de los que más le agrada fue publicado en su tierra: Cáncer de páncreas ¿Prevenible?, por la editorial El Mar y la Montaña, mientras hojea  "Cirugía", una cátedra de cirugía en el país, realizado por especialistas de toda Cuba, y para el cual escogieron a Momblant para el capítulo cinco, sobre páncreas.

  Los veo y me pregunto, ¿eso lo hice yo?, ríe con ganas, con su proverbial sencillez, mientras  refiere que en la UNEAC lo tildan como de una vocación retardada, por comenzar a escribir a los 65 años, una faceta que desconocía de sí mismo, “y ahora preparo otro, el séptimo libro”, añade, mientras comenta que a los 85 años también aprendió a editar videos de sus operaciones en un curso en el Telecentro Solvisión.

  En su historial, también fue pionero en otra actividad importante: la fundación de la docencia médica, en la década de los 80, "en la pollera", aquellas naves del Hospital Psiquiátrico, antecesoras de las aulas de la actual Universidad de Ciencias Médicas, "allí fue el cascarón, el huevo", relata sobre esas creaciones que lo enorgullecen y satisfacen.

  Sobre la formación médica de ahora, comenta sobre el esfuerzo y sacrificio de los profesores, en la búsqueda de información actualizada para ofrecerle lo mejor a sus alumnos, y a los  estudiantes les aconseja que estudien y trabajen, sin descanso y que siempre piensen en el bienestar de sus pacientes y la relación con los familiares, quienes también sufren. 

  Detrás del éxito de Piriz, su familia es un pilar, esa que siempre lo apoyó y que nunca, ni en los momentos más difíciles, le reclamó por su entrega al trabajo.

   La entrevista termina como empezó: con su risa contagiosa, detrás de la cual habita la satisfacción de muchas vidas salvadas, generaciones formadas y una provincia agradecida, "¿Lo hice bien?", pregunta, como si no supiera que en su vida -con aciertos bien dados y una carga enorme de humanismo-  está la respuesta.

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