Ciego de Ávila, 30 oct (ACN) Reconocida por promover la gestión integrada de la reducción de riesgos de desastres (RRD), la adaptación al cambio climático (ACC) e incorporar esos principios a los planes de desarrollo, la provincia de Ciego de Ávila constituye referente para un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre este asunto.
A partir de experiencias acumuladas durante la ejecución de los proyectos internacionales Resiliencia Costera y Euroclima Plus, el sector de los recursos hídricos en el territorio avileño resultó seleccionado para evaluar, con criterios de expertos, el estado de integración de la RRD y ACC en las estrategias destinadas al progreso.
Rudy Montero Mata, uno de los promotores del estudio, explicó a la Agencia Cubana de Noticias que implementan una guía y herramienta del PNUD a nivel global, adecuada al contexto cubano, con el objetivo de medir conocimientos sobre riesgos.
Estos saberes resultan indispensables para aplicar medidas en función de disminuir vulnerabilidades y evitar la creación de otras brechas durante los procesos de desarrollo, afirmó.
La determinación del sector de los recursos hídricos también obedece a su importancia para el progreso local y Ciego de Ávila posee un equipo multidisciplinario con experiencia en el manejo eficiente del agua para aminorar riesgos de desastres y propiciar la adaptación al cambio climático, por tanto, existe un potencial para validar la guía.
En ese contexto se aplicó la denominada Herramienta estratégica para la incorporación de la RRD y ACC en las iniciativas del desarrollo, cuyos objetivos coinciden con intereses de programas de colaboración financiados por la Unión Europea y el Fondo Verde del Clima en el territorio avileño.
Por los avances en la gestión de la RRD y los estudios sobre el cambio climático, el PNUD incluye a Cuba entre las naciones promotoras de una metodología que vincula e incorpora esos conceptos a las políticas destinadas al progreso socioeconómico.
La mayor de Las Antillas representa a la región del Caribe y aportará experiencias para validar un instrumento con alcance global que promueve el desarrollo con perspectiva de riesgo.
Cuba posee amplia experiencia en la gestión de RRD, que tuvo como punto de partida las vivencias negativas durante el huracán Flora, en octubre de 1963, a partir de las cuales se impulsó una estrategia nacional para prevenir desastres, cimentada en un sistema de defensa civil que potencia el capital humano, el conocimiento y la adecuada cooperación entre todos los integrantes de la sociedad.
Asimismo, desde finales del siglo XX numerosos estudios evalúan los impactos del cambio climático y determinan las medidas de mitigación y adaptación que deben adoptarse en sectores socioeconómicos, ecosistemas naturales y humanos estratégicos, de forma que los avances en esta tarea se incorporan a los planes de desarrollo.
Expertos en el tema reconocen que la gestión de la RRD y ACC se encuentra en continuo perfeccionamiento, como resultado de los avances en la ciencia y la innovación, y por la experiencia acumulada durante más de 60 años de acciones formativas, preventivas y de recuperación ante sucesivos eventos peligrosos.
No obstante, persisten brechas que pudieran minimizarse con la aplicación de la nueva herramienta, también orientada a fortalecer las labores comprendidas en las cuatro etapas del ciclo de RDD (prevención, preparación, respuesta y recuperación), proporcionar seguridad y objetividad a la ACC y lograr una visión del desarrollo basada en la perspectiva de riesgos.