Ciego de Ávila, 26 nov (ACN) Con más de 240 especies de aves identificadas, contempladas 13 endémicas, el destino turístico Cayo Coco, en el norte de la provincia de Ciego de Ávila, constituye lugar ideal para grupos especializados en la observación y estudios sobre la avifauna.
Odey Martínez Llanes, especialista del área protegida Reserva Ecológica Centro Oeste Cayo Coco, precisó a la Agencia Cubana de Noticias que esta zona del archipiélago Sabana-Camagüey es un excelente sitio para apreciar especies amenazadas.

Destacó las facilidades para avistar la yaguasa (Dendrocygna arborea, por su nombre científico), el frailecillo silbador (Charadrius melodus), el gavilán batista (Buteogallus gundlachii), la torcaza cabeciblanca (Patagionas leucocephala), el cabrerito de la ciénaga (Torreornis inexpectata), la mariposa (Passerina Ciris), el sinsonte prieto (Mimus gundlachii) y el negrito (Melopyrrha nigra).
Martínez Llanes, Premio Provincial de Medio Ambiente 2025, agregó que otras especies de interés y muy solicitadas por los observadores de la avifauna son el arrierito (Coccyzus minor) y las endémicas regionales pechero (Teretistris fornsi) y el sinsontillo (Polioptila lembeyei).
Los técnicos de la Reserva Ecológica tienen ubicadas todas las especies, lo que permite cumplir con las expectativas de los grupos de observadores de aves y contribuir a la generación de ingresos en divisas por la modalidad de turismo ecológico, en este caso la reconocida como aviturismo.

Según el criterio de Arturo Kirckonnell, uno de los autores de la segunda edición de la Guía de Campo de las Aves de Cuba, el número y diversidad en esta isla es considerable, con un total de 383 especies bien documentadas.
Nils Navarro, reconocido ornitólogo, artista de vida silvestre e ilustrador científico cubano, refiere la existencia de 404 variedades, teniendo en cuenta las aves exóticas escapadas y observadas en áreas naturales.
Del total, 30 son consideradas endémicas, incluido el extinto guacamayo cubano (Ara tricolor), detalló.
Un total de 157 especies nidifican en Cuba, 138 son regulares visitantes de invierno, 44 exclusivamente transeúntes, 78 se reconocen como vagrantes (alejadas de su distribución habitual) y 16 son residentes de verano que vienen a Cuba a nidificar.
Con la llegada del otoño los días en el norte se hacen más cortos y el alimento comienza a escasear, circunstancias que conllevan a su desplazamiento hacia los territorio del sur.
La migración otoñal se extiende desde principio de julio hasta finales de noviembre y las aves pueden arribar, procedentes del norte, a diferentes puntos del archipiélago cubano, sin embargo, hay sitios por donde llegan en mayor número y están representadas diversas especies, como los cayos del archipiélago Jardines del Rey.
El aviturismo, también conocido como turismo ornitológico, consiste en viajar con el propósito principal de observar, identificar y estudiar aves en su hábitat natural.
Se trata de una actividad planificada, responsable y consciente que va más allá del simple pasatiempo de observar aves en su hábitat natural, para lo cual usan una estructura turística especializada, como guías, rutas y servicios, además del necesario equipamiento (binoculares, cámaras, telescopios).
Considerado un motor para la economía local y la conservación a nivel global, especialmente en regiones con gran biodiversidad como América Latina, el aviturismo es una modalidad turística que se reconoce por la observación responsable para no alterar el entorno y el comportamiento natural de las aves, además de crear incentivos económicos para que las comunidades y gobiernos locales protejan los ecosistemas y su biodiversidad.






