María Elena Balán Sainz | Foto: Archivo
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14 Marzo 2024

Estadísticamente las mujeres son más proclives a desarrollar várices, sin embargo, esto no significa que todas las padecerán, ni que los hombres están exentos de presentarlas en su cuerpo, aunque siempre el porcentaje será muy inferior con respecto al sexo femenino.
   Expertos indican la existencia de estudios que han determinado defectos de valvulación similares en uno y otro sexo, sin embargo quienes más acuden al médico son las femeninas.
   No obstante, resulta oportuno aclarar que hay un solo tipo de várices que no afecta a los hombres y son las venas varicosas vaginales, las cuales se desarrollan muchas veces en la etapa del embarazo, y aparecen en la zona de la vulva o la vagina.
   Esta diferencia se explica por la influencia que ejercen las hormonas femeninas, los estrógenos y la progesterona. Además, la tonicidad muscular de la pared venosa es menor en ellas que en ellos.
   Los estudios acerca de los factores que influyen en su aparición apuntan que son multicausales o variados, si bien se estima que el componente genético tiene mucho que ver con su presencia.


   Se han investigado a familias en las que el patrón varicoso se repite, es decir, se hereda de padres a hijos y sobre todo de madres a hijas, o sea, que si los progenitores, sobre todo la mamá, ha presentado este padecimiento, sus descendientes igualmente pueden tenerlo.
   Estar muchas horas de pie, ya que el trabajo así lo requiere, puede ser un factor desencadenante, fenómeno con mayor presencia entre las mujeres, quienes sufren más agresiones a su sistema venoso que los hombres porque su actividad laboral suele ser doble y prolongada por el cuidado del hogar y los familiares.
   Además, las hormonas femeninas producen una retención hídrica que sobrecarga la circulación venosa y una relajación de la musculatura lisa que afecta a las venas, lo que explica variaciones de los síntomas a lo largo del ciclo hormonal.
   Hay igualmente quienes comienzan a presentarlas en su cuerpo a partir del embarazo, aunque no a todas les sucede por igual.
   Como factores de riesgo también se consideran el sobrepeso corporal, llevar una vida sedentaria, sin hacer ejercicios físicos sistemáticamente, la exposición al calor y el uso de zapatos muy altos o muy planos, o de ropas muy ceñidas.
   De acuerdo con las investigaciones, la edad es un factor que influye en este padecimiento.
   Estudios han demostrado que su frecuencia, que es de alrededor de un 35 por ciento en las personas activas, aumenta al 50  o al 60 cuando recesa la actividad laboral por jubilación.
   Generalmente, las várices se localizan en las piernas y en los muslos, y se desarrollan a partir de la vena safena y de sus ramas.