Adriana Danae Martínez Formigo | Fotos: De la autora
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10 Junio 2023

 

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Teresita Colás Hipólito es una eterna enamorada del cine y su vida por más de 20 años ha estado ligada a esas instalaciones en Santiago de Cuba, muchas actualmente en desuso por la llegada de nuevas tecnologías para ver películas.

Ir al cine a mediados del siglo pasado y hasta finales de los años 80, comentó, suponía una dinámica de festejo que se ha perdido, era el entretenimiento predilecto de los jóvenes, quienes además de visualizar filmes de excelente factura, aprovechaban para enamorarse.

Sobresalían los largometrajes españoles, mexicanos y los thrillers estadounidenses, pero sin dudas eran las comedias y los musicales los de mejor acogida, rememoró.

Según cuenta Colás, entre los cines más populares en la ciudad resaltaban el Oriente, Capitolio y Cuba, donde se presentaban los estrenos de la época, además existían salas muy populares en los poblados de El Caney, El Cobre y El Cristo.

Esta cinéfila de vocación ascendió de secretaria a jefa de programación en la Empresa Técnica Exhibidora de Películas, antes radicada en Garzón # 234, entre Madre Vieja y Pedrera.

Recuerda cómo enumeraban papeletas para medir la aceptación de los filmes o los conteos junto al personal del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) en los festivales de documentales “Santiago Álvarez in memoriam", en la referida década.

Revivió el fervor por el estreno del musical "La vida sigue igual", de Julio Iglesias, vista durante un mes y sin cintas de relleno, cuando ejercía como organizadora de programación cinematográfica en este territorio suroriental.

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Durante la puesta de películas nacionales promovía conversatorios con los actores, como sucedió en el estreno de "Retrato de Teresa", presentado en la urbe por sus protagonistas.

Sin embargo, señaló, con la popularización de la televisión y de otras tecnologías como los VHS (proyección de imágenes mediante casetes) disminuyó la práctica de ir al cine, no solo en la Isla sino también a nivel internacional, además de la llegada del Período Especial, otra de las causas de la poca asistencia del público.

En los 90 utilizaban una sola copia de la cinta para varios cines debido a la escasez de recursos, situación que se extendió hasta inicios del siglo XXI, cuando decreció la adquisición de éxitos internacionales y se cerraron varias salas.

Lea aquí:

Algo no cesó, el ansia de Teresita Colás Hipólito por divulgar una película próxima a exhibirse de forma tradicional, lo que mantuvo hasta su jubilación en las tertulias, análisis de títulos y la promoción con carteles publicitarios.

Desde casa, insiste en revivir la experiencia cinematográfica dentro de las salas, en un intento de transmitir al público la emoción que siente con la suspensión de las cortinas, los aplausos y la proyección en la gran pantalla. (Adriana Danae Martínez, ACN)