El Taller de Títeres de Matanzas (TITIM), es un corazón que late, tiene vida, lo he comprobado. Es un evento que se conoce, que la gente quiere y los profesionales tienen en cuenta, afirma René Fernández Santana, fundador del festival que despidió este domingo su XII edición.
Desde el día 19 hasta el 24 últimos, la ciudad de ríos y puentes se tornó escenario para artistas interesados en compartir experiencias prácticas y teóricas, y encontrarse o reencontrarse con colegas que comparten el amor por el retablo.
Dice Fernández Santana, que el TITIM constituye un foro que cada vez se hace mejor, porque mira hacia el futuro, pero pensando en la historia, la tradición, y los maestros y símbolos a los que se dedicó la más reciente convocatoria: Pelusín del Monte, el Guiñol Nacional de Cuba, Federico García Lorca y Miguel Villafañe.
Su centro irradia el elemento renovador del arte, convida a la vanguardia a hacerlo mejor, y a alimentar la cultura, asegura el también director de Teatro Papalote, quien asevera poseer mucha confianza en el TITIM, porque surgió en una circunstancia importante de la vida cultural cubana.
Creo que era necesario en 1993, cuando emergió la idea, porque casi todos los titiriteros estábamos en un momento de efervescencia del arte, con carencias materiales y de información, pero se había forjado una cultura del títere con mucho valor, una cultura de pasión, de ética hacia la profesión, añade el Premio Nacional de Teatro.
En 1994 surgió el taller con ganas, y esa iniciación sigue alimentando a los continuadores. Me siento muy feliz de haber presenciado la versión más reciente de la cinta, y ver lo que hacen agrupaciones de latitudes diversas, confiesa Fernández Santana.
La XII edición del TITIM incluyó más de un centenar de actividades donde público y artistas cubanos, compartieron con creadores de otras regiones del mundo, como Canadá, Estados Unidos, Brasil, México, Argentina, Martinica y Finlandia.
Salones, parques, centros comunitarios, museos y galerías acogieron puestas en escena, cursos, exposiciones, proyecciones audiovisuales y reuniones para estrechar lazos creativos y fortalecer el panorama comunicacional entre titiriteros del orbe.
Con 72 años de vida, René Fernández Santana cree que, como en sus inicios, todavía es necesario el Taller Internacional de Títeres de Matanzas, porque queda mucho que recibir del títere, de su cultura infinita, porque es un reto para el creador, un llamado constante a innovar, una convocatoria eterna al descubrimiento.
Yenli Lemus Dominguez| Foto Roberto Jesús Hernández| ACN
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26 Abril 2016
26 Abril 2016
hace 9 años