La inspección a pasajeros y sus equipajes, además de a bultos postales y cargas que entran y salen de Cuba por terminales aeroportuarias, puertos y marinas, es una medida esencial para garantizar la seguridad del país a través de sus fronteras.
Sin embargo, escasamente se reconoce la labor de quienes, con tan pocos segundos para examinar cada uno de los objetos que pasan ante su vista por un equipo de rayos X, se esfuerzan por detectar sustancias peligrosas, armas o cualquier otro objeto o material de contrabando.
Recae entre las misiones de la Aduana General de la República de Cuba la preparación de los radiólogos, cuya función primordial apunta a velar por la seguridad fronteriza, una práctica que data desde hace décadas.
Aunque hace sólo cinco años se fundó la especialidad de Radiología, los primeros equipos de rayos X en la Isla fueron incorporados a la actividad aduanera en 1968, a raíz de un atentado mediante carta-bomba que hirió a cinco trabajadores del despacho de
correos.
Ese acto y otros perpetrados en la ínsula, además de intentos por introducir o sacar objetos ilegales del territorio nacional, demostraron la necesidad de extremar la vigilancia en cada punto por donde afluyeran pasajeros o cargas comerciales y no comerciales, así
como en los medios que los transportan.
Con la construcción de aeropuertos y puertos internacionales en varios puntos de la geografía cubana, incrementó también la cantidad de equipos de rayos X destinados a la supervisión de pasajeros y bultos, a lo que se unió la ubicación de un moderno sistema
radiológico en la Terminal de Contenedores de Mariel, donde se garantiza el control de todas las cargas en contenedores que por allí transitan.
Cuba es signataria de varios convenios internacionales en los que se compromete a garantizar la integridad de sus fronteras, y es la Aduana el organismo encargado de dicha actividad, para lo cual posee sistemas homologados desde el punto de vista técnico, procedimientos de actuación estandarizados y el personal necesario habilitado y
certificado.
De acuerdo con el instructor líder Ernesto Azcuy Carrillo, oficial superior de Aduana, más de mil especialistas en todo el país operan los equipos de detección, y de ellos, más del 60 por ciento está categorizado, lo cual supone un mayor nivel de experticia en esa área.
Y es que la capacitación permanente del cuerpo de oficiales constituye una de las tres áreas principales de la especialidad de Radiología, a la cual se suman el desarrollo e incorporación de técnicas avanzadas y su sostenibilidad, y el constante desarrollo
científico.
En medio de un panorama cambiante, donde emergen cada día nuevos modus operandi para enmascarar sustancias ilícitas, la preparación deviene “arma” primordial a fin de frenar los intentos de vulnerar la frontera cubana.
Ello, acompañado de la técnica, que en los últimos tres años se ha modernizado con dispositivos de última generación para descubrir explosivos y drogas, a los cuales se añadió recientemente un sistema de equipamientos de detección para el tráfico ilícito de material radioactivo y nuclear fuera del control regulador.
Según comenta Azcuy Carrillo, también experto internacional en la explotación de diferentes técnicas de detección, la instalación de estos equipos ha permitido robustecer el sistema de enfrentamiento al terrorismo, incluida la creación de capacidades.
Se garantiza, además, el cumplimiento de los acuerdos internacionales y las regulaciones nacionales en este tema; aunque aclara al respecto que, hasta la fecha, no se han detectado casos de tráfico ilícito de este tipo de material.
En todos los sentidos, el principal reto de la Aduana continúa siendo el de garantizar la seguridad desde la misma frontera y, a su vez, propiciar el flujo rápido y un trato de excelencia a quienes ingresan al terriorio nacional.
Lisandra Romeo Matos
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07 Diciembre 2016
07 Diciembre 2016
hace 8 años