La Batalla de Mal Tiempo: una victoria decisiva

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ACN - Cuba
María de las Nieves Galá León | Foto: Archivo
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13 Diciembre 2025

   El 15 de diciembre de 1895, en Cruces, actual provincia de Cienfuegos, tiene lugar la Batalla de Mal Tiempo, que constituyó una victoria decisiva de las fuerzas mambisas en la Guerra de Independencia de Cuba contra el ejército español durante la invasión de Oriente a Occidente.

   Para el último mes del año, los mambises habían llegado a la región villaclareña, y eran frecuentes los enfrentamientos con integrantes de las fuerzas enemigas. El día 14, cuando se preparaban para entrar en las llanuras cienfuegueras, el Titán de Bronce expresó de manera jocosa: “Vamos a atravesar los Pirineos y meternos en España”. En sus palabras, estaba la convicción de la victoria.

   Recoge la historia, que esa jornada, sobre las 10 de la mañana, tropas cubanas pasaron frente al central Teresa, que estaba a punto de comenzar la zafra y les dieron candela a los cañaverales. Los soldados que lo protegían, no hicieron nada, solo se quedaron mirando como el fuego consumía los campos de caña.

   Durante el paso de los mambises, un campesino los alertó, que en Mal Tiempo posiblemente había fuerzas españolas. Los dos principales jefes, Máximo Gómez y Antonio Maceo, intercambiaron criterios y adoptaron decisiones.

   Maceo ordenó “redoblar el fondo de la columna” y agregó “Entró la nave en alta mar”.

   Las fuerzas insurrectas numéricamente inferiores, pero mejor organizadas, sorprendieron a unos dos mil 500 soldados españoles armados con fusiles máuser.

   Sobre las 11 de la mañana tuvo lugar el choque de extrema vanguardia. Muchos afirmaron que esa fue una parte decisiva, y solo fueron 15 minutos de carga al machete.

   A las dos, “una columna enemiga, la cual seguía el rastro de los invasores se batió con la retaguardia de estos, pero no pudo abrirse paso, pues fue valientemente defendida por el general Serafín Sánchez”.

   Máximo Gómez “ordenó la carga al machete prendiéndole fuego a los cañaverales que rodeaban la guardarraya por donde venía el enemigo, quienes se vieron envueltos en llamas, humo, plomo, hierro y se retira rápidamente al central, dejando abandonada la locomotora, destruida por las tropas independentistas en 5 minutos”.

   El choque fue breve, pero contundente: en unas tres horas concluyó la Batalla de Mal Tiempo. Los peninsulares sufrieron alrededor de 300 bajas, entre muertos y heridos. Los mambises capturaron “más de doscientos fusiles y gran cantidad de municiones, caballos, un botiquín médico y efectos de diverso tipo”.

   Desde el punto de vista militar, la batalla demostró la superioridad táctica de los cubanos frente a un ejército mejor armado. Manuel Piedra Martel, testigo del combate y ayudante del General Maceo, expresó: "...ni antes ni después de la campaña -vio en el ejército español- a sus soldados perder la moral y desorganizarse (. . .) pero en Mal Tiempo se mostraron colectivamente inconsistentes y faltos de valor individual. De otra manera no hubiésemos podido producirle aquel desastre".

   Esa batalla representó la capacidad del Ejército Libertador de imponerse a un enemigo superior en número y armamento, y demostró, una vez más, la decisión cubana de alcanzar a cualquier precio la independencia de Cuba.