EICTV: 30 años convirtiendo la utopía en realidad (+ Fotos e infografía)

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Mariateresa Hernández Martínez/ Fotos: de la autora
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09 Mayo 2016

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Ante la necesidad de instaurar un frente unificador de esfuerzos dedicados al desarrollo del cine latinoamericano, al margen de la gran industria mundial del entretenimiento, el 15 de diciembre de 1986 se concretó en Cuba el sueño de crear una escuela para los cineastas de la región.

La Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV), inaugurada en los terrenos de la antigua finca San Tranquilino de San Antonio de los Baños,por el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez (Colombia),el Comandante en Jefe Fidel Castro, y los cineastas Fernando Birri (Argentina) y Julio García Espinosa (Cuba), se convirtió en el más importante proyecto académico de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.

Coincidiendo con su trigésimo aniversario, la Agencia Cubana de Noticias reflexiona sobre los esfuerzos de este centro para adaptarse a los cambios acontecidos en Cuba desde la fecha que lo vio nacer, permaneciendo, como quedara expresado en su Acta de Nacimiento, contra “todos los aires de su tiempo, vientecillos y ciclones de esta dura y, contra toda razonada desesperanza, deslumbrante estación del planeta en la que le toca vivir”.

Cuestión de retos

Pensada en sus inicios como un proyecto latinoamericano y caribeño, que luego se amplió al continente africano y al asiático, y terminó siendo para todos los mundos, la EICTV surge como un centro subvencionado donde todos los estudiantes eran becados por la Fundación y el Estado cubano; durante la crisis de los noventa, el esquema se transformó: el curso de tres años se pasó a dos y empezó a pagarse la matrícula (15000 euros en total).

El 2004 la escuela restituyó los tres años para el Curso Regular – en las especialidades de dirección de ficción, dirección documental, producción, edición, fotografía, guion, sonido, Televisión y Nuevos Medios (esta última se incorporó hace solo cuatro años)–, y desde entonces ha debido encontrar nuevas fórmulas para sostenerse.

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Pedro Noa, director del Departamento de Cultura y Publicaciones

“Actualmente se mantiene económicamente en el área de divisas con lo que la propia actividad docente produce, el Estado cubano da una ayuda fuerte en moneda nacional; pero nos agenciamos todos los gastos en la compra de equipamientos, materiales, incluso de muchos insumos”, señaló Jerónimo Labrada, actual director de la institución.

El profesor Pedro Noa añadió que otra medida ha sido no tener los tres años funcionando. “Ahora mismo están solo primero y segundo, hay una discontinuidad de generaciones pero le permite a la escuela no tener que enfrentar la producción de tres cursos”, expresó.

Según Jerónimo Labrada en este proceso de crecimiento, se han creado además nuevas opciones educativas, como los llamados pregrados que consisten en la inserción a algunos espacios o segmentos del curso regular para personas que no tienen el tiempo ni los recursos de participar los tres años, explicó.

El precio de la matrícula, que solo cubre el 25 % del costo real de la formación, incluye la alimentación, alojamiento, transporte local, materiales y equipos de filmación; el costo de los ejercicios finales en el tercer año (Tesis) no está considerado en el de la matrícula ya que constituye un aporte adicional del centro académico.

“Contamos con todo lo necesario para que los muchachos produzcan: salas de montaje y de sonido, un almacén tecnológico con cámaras, trípodes, micrófonos y otros equipos;un estudio de televisión, y un local de vestuario”, apuntó Patricia Segura, coordinadora de Cultura y Extensión.

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Patricia Segura, coordinadora de Cultura y Extensión

Mariolis Robaina, fundadora de la institución a cargo ahora del lugar donde los alumnos encuentran la ropa con la que cobran vida los personajes de sus historias, recuerda que en los inicios solo había una camisa y un pantalón. “Había que  buscarlo y pagarlo todo en Cubanacan, los Almacenes del ICAIC, pero ya no hace falta porque ya se ha logrado conseguir bastante vestuario; antes de que empiecen a grabar ellos hacen su guion y trabajamos en función de lo que necesiten, si hace falta la escuela compra lo que no tengamos y también hay sastres que nos hacen caracterizaciones para cosas muy específicas”, indicó. 

Dentro de un arte tan caro como el cine, la EICTV se sustenta en el reto de adaptarse constantemente a las nuevas tendencias culturales y tecnológicas que asumen estos medios expresivos, bajo el lema de “aprender haciendo”; en todos los casos, los alumnos comienzan a producir desde muy temprano, siendo capaces de trabajar en colectivo y desarrollando sus habilidades técnicas y artísticasbajo una sensibilidad humanista.

José Villaman, dominicano que estudia segundo año en la especialidad de Sonido señaló que “se sigue trabajando con 16 mm para que los estudiantes tengamos esa práctica el producto final se termina en digital con equipos bien modernos”.

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José Villaman, de República Dominicana cursa el segundo año en la especialidad de Sonido

“Para la pretesis los fotógrafos pueden elegir entre cuatro tipos de cámara, y nosotros los de Sonido trabajamos con Sound Device, que es lo que se usa ahora en el mundo y cuestan alrededor de 2000 dólares”, agregó.

Milko Delgado, otro de los 92 estudiantes de la escuela, añadió que “aunque a veces quisiéramos más grúas y más recursos, lo que tenemos nos enseña a resolver problemas de manera creativa, porque cuando salimos al campo laboral de nuestros países no tenemos el equipamiento que tienen los del Primer Mundo y eso nos ayuda a enfrentar los problemas con los que nos vamos a encontrar en la vida real”, argumentó.

Una de las mejores escuelas del mundo

En una sala Glauber Rocha congestionada de personas, el famoso director de cine iraní Abbas Kiarostami, quien estuvo en Cuba para impartir un taller en la EICTV desde fines de enero a principios de febrero, declaró públicamente: “No tengo dudas de que esta es la mejor escuela del mundo”.

“Esa declaración nos llena de mucho orgullo porque es como un cuño que sella la idea de que el propósito fundacional aquella tarde de diciembre del 86 se ha cumplido, y quizás no seamos la mejor pero estamos entre las dos o tres primeras”, dijo su director Jerónimo Labrada.

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Jerónimo Labrada, actual director de la EICTV

Aunque la EICTV no está reconocida todavía a nivel superior, ha logrado un gran prestigio como centro formador gracias sobre todo a la selección de los profesores y al sistema de estudios; por ella han pasado grandes personalidades del cine internacional como maestros, entre ellos Francis Ford Coppola, Robert Redford, Steven Soderbergh, Costa-Gavras, Emir Kusturica, y una lista inmensa de profesionales de España, Cuba y Latinoamérica.

Todos deben ser trabajadores en activo, lo que responde al principio fundacional que la proclamaba como un centro antiescolástico, de modo que a lo largo de los tres años los alumnos comparten con cerca de 300 maestros y cada dos semanas cambia el plantel de profesores.

Labrada admitió que “esto supone muchos enredos, pero crea una variedad enorme de intercambio, que nos ha mantenido en el top de las escuelas del mundo por la frescura y capacidad de actualización automática constante que tienen los cursos”.

“La mejor demostración de eso es la cantidad de egresados de la escuela activos en la cinematografía latinoamericana y mundial, este mismo año el Oscar de cortometraje animado fue para un graduado nuestro, lo cual prestigia el método de enseñanza, que se ha ido puliendo y ya está muy bien pensado”, corroboró el profesor Pedro Noa.

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Sabrina Zimmermann, de Brasil, cursa el primer año en la especialidad Producción

La brasileña Sabrina Zimmermann, estudia primer año de la especialidad de Producción, y en el momento de nuestra visita se encontraba inmersa en el ejercicio final de tres minutos. “La escuela es compleja porque vivimos todos acá, somos amigos, colegas de trabajo, y de estudio. Durante la polivalencia hacemos estos cortos donde cada uno pasa por las ocho especialidades, son dos semanas de prueba y tienes que hacer bien todas tus funciones para que no haya ningún problema en el corto de tu colega”, admitió.

Alfredo Aibar de Puerto Rico, nos explica cómo es un día habitual en este “convento de cine”, como lo clasificara Gabriel García Márquez. “Despertamos, vamos a clases, almorzamos, después volvemos a clase, cenemos y en la noche vemos películas. Aquí el ambiente es muy tranquilo, podemos ir a la piscina, leer, hacer ejercicio, los viernes hacemos una fiestecita, y los fines de semana podemos ir al pueblo de San Antonio que es lindísimo, o a la Habana, todos los días a las cinco de la tarde sale una guagua de la escuela”, expresó.

Para los cubanos se mantiene el sistema de becas, habitualmente entran uno o dos por especialidad después de haber pasado la prueba de cultura general y haber sido seleccionados según los materiales aportados en sus respectivos portafolios.

Lizandra López es una de ellas, llegó a la escuela tras estudiar cinco años de dramaturgia en el Instituto Superior de Arte porque quería incorporarle a la escritura la técnica de guion. “La convivencia a veces es complicada porque hay gente de muchos países con culturas diferentes y también diferentes maneras de ver las cosas pero al final logramos empastar y ahí está lo interesante”, aseguró.

Al mejicano David Avilés, quien se prepara en la especialidad de Dirección, lo encontramos trabajando en su ejercicio de segundo año. “Es una de las mejores escuelas porque tiene un sistema de internado muy diferente al de las demás, que convivas 24 horas con tus profesores de la manera que lo hacemos es como muy romántico”, manifestó.

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María Teresa Díaz, fundadora de la EICTV

Durante 30 años los profesionales de este sitio no desisten ni un momento en el empeño de darle vida a sus ideas en la pantalla, de convertir posibles historias en imágenes, así lo prueban los más de 800 graduados de 60 países en el curso regular, y los otros 6000 que han pasado por los llamados talleres internacionales y de altos estudios.

Aquella tarde de 1986, en el espacio central de la Escuela que ahora lleva el nombre de Plaza Zaa, como tributo al italiano Cesare Zavattini, María Teresa Díaz, casi no alcanza asiento, por eso se ubicó en la última fila. La actual Secretaria del Departamento de Cultura y fundadora del centro, resume los esfuerzos de La Utopía del Ojo y de la Oreja, como la definiera su primer director Fernando Birri.

“Hemos pasado épocas difíciles, vino el pleno período especial y la escuela se mantuvo y aprendimos a convivir personas de tantas culturas diferentes; ha cambiado la estructura, ha cambiado el contenido, hemos cambiado nosotros, lo único que no ha cambiado es el sentido con que se creó esta escuela, una central productiva de energía creativa para imágenes audiovisuales”.

 Graduados por países (1986-2015)