Cuartel Goicuría: seis décadas del histórico asalto

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Roberto Jesús Hernández Hernández| Foto Archivo
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27 Abril 2016

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Seis décadas transcurrieron ya desde que varios revolucionarios inspirados en la gesta del Moncada consumaron el asalto al cuartel Domingo Goicuría, en la cubana ciudad de Matanzas, hecho combativo más importante que tuvo lugar en esta urbe durante la República Neocolonial (1902-1958).

La Revolución convirtió el antiguo recinto militar en el Centro Escolar Mártires del Goicuría, al cual acuden cientos de niños con sed de conocimientos, justo en el sitio antes ensombrecido por la matanza de los audaces asaltantes, quienes pretendían con su acción convocar al pueblo a la lucha armada.

Todavía desconocidos para muchos cubanos, resultan los acontecimientos de aquel 29 de abril del año 1956, cuando 56 hombres sucumbieron ante las fuerzas de la tiranía de Fulgencio Batista, a las cuales enfrentaron en un contexto histórico signado por la represión y la incertidumbre política.

Era domingo poco después del mediodía, y los rebeldes ansiosos de tomar la fortaleza y las armas para avivar el levantamiento popular, se disponían a adentrarse en el perímetro defensivo del cuartel, cuando su primer vehículo chocó con un contén y recibió el fuego de la posta.

Cada año los infantes reeditan simbólicamente el ataque que fracasó y en el cual perecieron 15 combatientes, cinco durante la lucha y el resto ultimados por sicarios del coronel Pilar García, entre ellos Reynold García, uno de los jefes de la acción armada.

Las fotos de la época atesoradas en la sala-museo que existe en la institución, no mienten: los esbirros, superiores en armamento y número, desataron la masacre, según puede leerse también en el libro Matanzas de rojo y negro 1952-1958, de la autoría de la historiadora Clara Emma Chávez.

En la inauguración de la escuela, Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana, expresó: “(…) al conmemorarse un aniversario más de aquel sacrificio de un puñado de jóvenes, que fueron sacrificados aquí en este mismo sitio donde hoy nos reunimos, ninguna satisfacción mayor que este acto, ninguna obra mejor que esta escuela, ningún orgullo más grande, ningún momento más inolvidable, que esta fortaleza convertida en escuela.”

Acción frustrada o ejemplo de arrojo ilimitado de los cubanos en la lucha por su definitiva independencia, el asalto al cuartel Domingo Goicuría perdura en el recuerdo de investigadores y ciudadanos orgullosos de su Historia, en la que ocupa un sitio merecido el legado de Reynold García y sus compañeros de armas.