“Cuando se hace lo que gusta, el trabajo deja de ser obligación y se convierte en disfrute”, certificó Elina Caballero Santana mientras que ante el sentimiento compartido asintieron con la mirada sus compañeras de labor, a quienes con orgullo suele denominar "mi familia del Centro de Documentación e Información Pedagógica (CDIP)".
El 28 de enero de 1970, fecha que homenajeara el natalicio de José Martí, El Maestro, se fundó esta institución en la ciudad de Matanzas bajo la premisa de contribuir a la calidad de la enseñanza, con el aporte de materiales y bibliografías.
Si bien la principal misión del centro reside en apoyar el sistema educativo, aseguró Nancy Madera González, su directora, que sus tareas se extienden a toda la comunidad, en satisfacer las necesidades informativas de los visitantes.
Con bolígrafos y papeles en manos, estas profesionales de la investigación destacan por la precisión, por conocer a detalle cada uno de los documentos que guardan en los libreros: “Es una labor compleja, mediada por diferentes procesos técnicos desde la adquisición del libro hasta su puesta en los estantes”, agregó Madera González.
Entrega y pasión por el oficio representan dos de los rasgos que identifican al colectivo del CDIP. Elina, con 43 años de trabajo allí, afirmó:“ Es una tarea exquisita, que se lleva en el alma porque te hace valorar lo que tienes y lo que le puedes dar a las personas; procurar, en la medida de nuestras posibilidades, que el usuario salga complacido”.
Los ojos de la Técnica en Documentación, aunque hoy más pausados por el paso del tiempo y auxiliados por lentes que le ayudan en su quehacer, muestran amplia curiosidad y ansias por leer una de esas publicaciones que la ponen a prueba.
“Muchas veces me llegan volúmenes que, pese a mis años en esta actividad, tengo que consultar con mis compañeras qué clasificación deba darle, algunos textos suelen ser complejos y uno nunca termina de aprender, todos los días surge algo nuevo”.
El procesamiento de títulos y publicaciones seriadas implica un ejercicio minucioso, explicó; “hay que saber leer, analizar el documento para poderlo ubicar y que después el usuario pueda realizar correctamente su trabajo”.
Para la eterna estudiosa definir su literatura favorita pudiera resultar complejo, pero Elina sin dudas señaló que le gusta todo; “he revisado tantos rinconcitos, me he adentrado en tantas cosas que no puedo nombrar una en particular, todo lo que sea lectura me atrae, es un don que me dio la vida y lo agradezco”.
Ella se resiste a la idea de la jubilación, asevera que mientras su memoria la acompañe seguirá en lo que la apasiona, al servicio del Centro que le regaló la mayor gloria del universo; un hogar, una familia; “el día que no lo tenga no sé qué rumbo voy a tomar, en tanto mientras pueda, seguiré hacia adelante”.