Al niño cubano Alex M. García Mendoza le costaba concentrarse en la práctica de un solo deporte, por ello alternaba los estrellones en el tatami con alguna que otra brazada en la piscina del Ateneo Deportivo Aurelio Janet, ubicado en la ciudad de Matanzas.
Eran tiempos en que aún no definía mi camino dentro de la actividad del músculo, había iniciado el judo por iniciativa de mis padres, pero sentía fuerte atracción por el polo acuático, al punto que durante un período llevé ambas cosas de la mano, rememora el atleta.
García Mendoza, actual representante de la división +100 kg en la escuadra antillana de judocas, cuenta que no fue hasta los 12 años cuando enrumbó definitivamente a los colchones, porque -según describe-, sus progenitores se percataron de que el cloro de la piscina le afectaba los ojos y dijeron: “hasta aquí”.
Entonces Alex, que en aquel tiempo no era “gordito” e incursionaba en divisiones, medianas comenzó a eslabonar una cadena de éxitos a nivel provincial y nacional que despertaron el interés de entrenadores a lo largo y ancho de la Isla.
Yanosky Gómez fue uno de los profesores que marcó mis inicios en el deporte. Siempre admiré de él su capacidad para hacerme entrar en razón sobre una u otra tácticas de combate, en una etapa de vida en la cual me costaba disciplinarme y seguir consejos, agrega el peleador.
Gómez, maestro en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Luis Augusto Turcios Lima, también encaminó a otros destacados representantes de la disciplina en la provincia de Matanzas como Bárbaro Sotomayor, Magdiel Estrada e Iván Silva, hoy día integrantes de la preselección nacional.
Ya en el equipo cubano de samuráis, García Mendoza se subió a colchones de los más prestigiosos certámenes universales como el Campeonato Mundial de Cadetes en Hungría, el internacional juvenil en Marruecos y los Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur.
En 2014 me convertí en la primera figura de los superpesados (+100kg), condición que defendió durante muchos años Oscar Breison, medallista olímpico y mundial, señala el judoca quinto lugar en la Olimpiada de Verano en Río de Janeiro 2016.
Sin lugar a dudas en la cita estival alcancé mi mayor resultado porque todos quieren brillar bajo los cinco aros, además fue la ocasión para disfrutar de grandes atletas de este deporte como la mayoría de los representantes japoneses y el extraclase francés Teddy Riner, mi ídolo, asegura.
Al interpelarlo sobre un posible combate con el ocho veces campeón mundial y en dos ocasiones as olímpico, García no se esconde: “Lo admiro y lo respeto pero siempre me dijeron que me caracterizo por no creer en nadie, saldré a ganar el pleito sin complejos”, sentencia.