Abela, de la Nuez y la casa del Humor Gráfico cubano

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Odalis Acosta Góngora| Foto: De la autora
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22 Enero 2016

Casa del Humor Gráfico cubano. Foto: De la autora

Una casona de estilo neocolonial, construida en los años corrientes de 1827 al 1830 por Miguel de Cárdenas, Marqués de Campo Florido, protege la historia de la principal tradición cultural en el artemiseño municipio de San Antonio de los Baños: El Humorismo Gráfico.

El Museo, único de su tipo en Cuba, conserva su estructura de cantería y madera dura, con techos de tejas españolas, pisos de mármol, grandes ventanas enrejadas y un patio interior, cuidadosamente decorado, todo lo cual hace del lugar una verdadera obra patrimonial.

Cuentan que en esta localidad, cuna de grandes caricaturistas como Eduardo Abela, uno de los principales vanguardistas de 1927, el humorismo desde los diversos géneros gráficos, se convirtió en un arma de activismo social contra la censura, el deshonor y la injusticia de la tiranía gobernante, antes del triunfo revolucionario de 1959.

El Bobo, nace en 1926, bajo el ropaje de un tipo formidable- tanto por el trazado de su figura como por su penetración sociológica-, representativo del pueblo cubano. Foto: De la autora

Su personaje emblemático, El Bobo, nace en 1926, bajo el ropaje de un tipo formidable- tanto por el trazado de su figura como por su penetración sociológica-, representativo del pueblo cubano.

Se presenta como el metiche molesto - que acusa o delata a alguien o informa de manera secreta acerca de algo-., pícaro, insinuante  , que todo lo dice con la ingenuidad del gesto, que busca respuestas a las interrogantes generadas de la  situación política de la isla, agudizada en la década del 30 del siglo anterior.

Imposible dejar de mencionar a René de la Nuez, otro ariguanabense devenido en uno de los grandes de la caricatura cubana y creador en 1957 de El Loquito, obra que se convirtió en ícono de la crítica frente a la dictadura de Fulgencio Batista.

Premio Nacional de Artes Plásticas 2007, de la Nuez, es recordado por otros personajes que hicieron historia en la prensa diaria, entre ellos,  “Mogollón”, “Negativo Compañero” y “Blandengo”, todos diseñados bajo un humor duro y directo que se acercaba a los aciertos y desaciertos de la vida cotidiana.    

El 17 de marzo de 1979, abre sus puertas el Museo del Humor de San Antonio de los Baños, sede de las bienales internacionales del humorismo gráfico. Foto: De la autora

Fue de la Nuez quien habló por vez primera de la posibilidad de crear en Cuba un  centro que atesorara las obras del humorismo gráfico, tal como había presenciado en Gabrovo, Bulgaria, donde se había celebrado en 1973 la primera Bienal Internacional del Humor.

La idea comienza a fraguarse y el 17 de marzo de 1979, abre sus puertas el Museo del Humor de San Antonio de los Baños, sede de las bienales internacionales del humorismo gráfico, y Monumento Local desde 1980, en reconocimiento  a sus valores históricos y arquitectónicos.

Los fondos de la instalación, ubicada a 37 kilómetros de la capital cubana, superan la cifra de las 10 mil obras, concebidas por artistas de unos 40 países.

Dispone la institución,  además, con una sala permanente y seis transitorias en las que se exponen las obras que llegan a las bienales y a los salones que alternan con esta, como, por ejemplo, el nacional de Caricatura Personal Juan David, el de Humorismo y Sátira y la Humoranga Ariguanabense.