Ciego de Ávila, 21 ago (ACN) Con un sistema de captación de precipitaciones, la Empresa de Tuberías de Polietileno de Alta Densidad Ciegoplast implementa las cosechas de agua lluvia como medida de adaptación al cambio climático.
Esta acción está dirigida a reducir las extracciones del manto freático y asegurar la disponibilidad del líquido ante la amenaza que representa la ocurrencia de extensos periodos de sequía.
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Yunior Morales Vega, especialista de Uso Racional de la Energía en esa entidad, destacó que durante siete u ocho años la tecnología de recolección de aguas pluviales, con una cisterna capaz de almacenar 200 metros cúbicos (m3), contribuye a disminuir el consumo en el área administrativa, donde se concentran los mayores gastos.
Explicó que en los talleres, por requerimientos de la producción y normas técnicas, emplean en su mayoría agua extraída de un pozo para el proceso de enfriamiento de las tuberías, pero disponen de un circuito cerrado y se garantiza el reciclaje del líquido, en la medida de lo posible, pues siempre existe pérdida por evaporación.
Aunque planifican un gasto mensual de 153,6 m3 (equivalentes a 153 mil 600 litros), logran mantenerse en un rango que varía entre los 90 mil y 100 mil litros, debido a que las reservas de agua lluvia permiten cubrir gran parte de la demanda del periodo de sequía; en tanto, durante la etapa húmeda surgen nuevas oportunidades para la captación y el ahorro.
Acreedora de múltiples reconocimientos por su eficiencia y la calidad de las producciones —incluido el Premio a la Innovación Tecnológica 2022—, Ciegoplast se consagra a la fabricación de tuberías y conexiones de polietileno de alta densidad para satisfacer demandas del mercado nacional, sin desestimar la incursión en el exterior.
La captación de precipitaciones se reconoce a nivel global como importante medida de adaptabilidad, debido a que el cambio climático ha modificado los patrones del tiempo en algunas regiones, alterando los periodos de sequía y húmedo, ante lo cual se proponen sistemas de cosecha que permitan almacenar los excesos de agua lluvia para usarla en actividades económicas, sociales y ambientales.
Asimismo, la Organización de Naciones Unidas precisa que la demanda internacional de agua se incrementó durante los últimos años, como consecuencia del crecimiento poblacional y, por ende, la necesidad de producir mayor cantidad de bienes y servicios.
Diversos autores coinciden al señalar que los sistemas de cosecha de agua lluvia son tecnologías que mejoran la productividad, aumentan la resiliencia y permiten intensificar las producciones sostenibles, además de constituir alternativa para productores locales, especialmente en los países en desarrollo que se adaptan al evidente cambio climático.
La revista digital Entre Aguas refiere que se trata de una práctica antigua, propia de culturas como la egipcia —donde prevalece como tradición y se perfecciona—, mientras en la región de las Américas fue empleada por los incas y mayas, de manera que en cada civilización había sofisticados sistemas de cosechas de agua lluvia que proporcionaban el líquido a palacios, ciudades y aldeas.
Los mayas realizaron un diseño de bajo costo que se considera obra maestra de la ingeniería, capaz de dar lecciones, con la posibilidad de ser replicado y adaptado a las necesidades modernas, como es el caso de las personas que se movilizan a las partes altas para cultivar.