Caibarién, Villa Clara, 24 ago (AIN) Un inmenso crustáceo da la bienvenida desde 1983, a todo el que, procedente de Remedios, llega a esta urbe costera del centro norte de Cuba.
Realizada en hormigón armado sobre un montículo de rocas, El Gran Cangrejo forma parte de las famosas esculturas de Florencio Gelabert Pérez, destacado exponente de la plástica cubana, nacido en esta localidad.
Conocedor de la idiosincrasia de los pobladores del ámbito costero, el artista supo trasmitir el orgullo de apodarse, asimismo, cangrejeros.
La relación con esos animales marinos, de caparazón rojizo, se debe a la convivencia con ellos, habitantes de las aguas del litoral en la costa norte de la Isla, en la bahía de Buena Vista, frente al archipiélago Sabana-Camagüey.
Este cangrejo moro, como se le llama, fue en otros tiempos, fuente de ingresos por su comercialización, dentro y fuera del país, ahora reducido en número, por técnicas de captura inadecuadas y efectos del cambio climático
La disminuida manifestación del crustáceo, caracterizado por sus grandes muelas, no afecta la presencia de la especie, pues pululan artrópodos semejantes denominados, de la tierra y visibles ante una tempestad eléctrica o luna llena.
Durante la etapa de lluvia, en el horario nocturno, resulta habitual ver a los cangrejos por calles y aceras de la urbe.
De atractivo sabor, este animal se emplea en variadas recetas tradicionales de la cocina local, como sucede con el enchilado, elaborado con abundante sazón.
Caibarién, singular por sus atributos costaneros, desde donde parte un pedraplén de 48 kilómetros que facilita la explotación turística del polo Cayo Santa María, tiene entre sus símbolos el Gran Cangrejo, de Gelabert, que recibe a los viajeros a la entrada de la ciudad.
Luz María Martínez Zelada
2021
24 Agosto 2014
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