La Habana, 7 nov (ACN) Con su libro Arma secreta de Cuba en Angola, el periodista Pastor Agustín Batista Valdés evoca la hazaña del internacionalismo nacional en ese país africano a cerca de 11 mil kilómetros de distancia de La Habana a Luanda y que culminó hace medio siglo con la victoria de la Operación Carlota.
La obra está en fase de edición y su autor aclara que trata de desclasificar lo que jamás el enemigo pudo detectar, descubrir y mucho menos capturar como botín de una guerra donde, Pretoria capital del régimen racista de Sudáfrica, mordió una derrota que, además, hizo independiente a Namibia y puso fin al apartheid,
Sin embargo, añade, no debe buscarse en ella prisma militar especializado o regodeo de horrores de todo conflicto bélico…hallará, sobre todo, huella humana, con olor inconfundible a protagonismo de la juventud cubana.
Licenciado en periodismo, redactor, foto reportero de los periódicos Combatiente, Bastión, Granma, Invasor y la revista Bohemia, Batista Valdés expresó su agradecimiento a esta última, la más antigua de Cuba y de América Latina, por la publicación de relatos del texto.
Con anterioridad, de su pluma le antecedieron el de humor titulado Entre col y Colegas, Destellos, crónicas acerca de Venezuela, y coautoría en uno relacionado con la Misión Robinson, un programa social del líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, que en apenas dos años enseñó a leer a escribir a más de un millón de venezolanos y que posibilitó su declaración de territorio libre de analfabetismo, como lo reconoció la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Batista Valdés se desempeñó como Corresponsal de guerra en la República Popular de Angola 1988-1989, ha ejercido la profesión en varios países, participado en concursos, exposiciones personales y eventos de fotografía y poesía, y en 1989 recibió la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez.
La historia del internacionalismo cubano en Angola está sembrada y descansa sobre los hombros de más de 300 mil rostros anónimos, excepto un puñado de nombres, reflejados por algún material periodístico o en un libro, nadie podría relacionar el de todos los que hicieron posible la heroica defensa de Cabinda (noviembre de 1975), el éxito en los cinco combates contra el agresor en Quifangondo (octubre-noviembre de 1975), la ofensiva y expulsión del enemigo por la frontera sur (marzo de 1976), y la increíble resistencia y victoria en Cangamba (agosto de 1983).
Entonces, un grupo de cubanos quedaron cercados y hostigados durante nueve días, casi todo el tiempo sin agua, ni alimentos, en el área equivalente a un campo de fútbol; la tenaz resistencia y rechazo por colaboradores civiles cubanos y combatientes de las FAPLA frente a la agresión de la UNITA en Sumbe (25 de marzo de 1984), el demoledor golpe en Cuito Cuanavale (enero-marzo de 1988) y numerosos acontecimientos más, que continúan trascendiendo con el tiempo.
