Mendive, más que un maestro para Martí

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ACN - Cuba
María de las Nieves Galá León Foto: Oilda Mon
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22 Noviembre 2025

El 24 de noviembre de 1886, en La Habana, falleció Rafael María de Mendive, el destacado pedagogo, patriota y poeta, decisivo en la formación política y moral de José Martí: incentivó en el Apóstol su amor por Cuba y alentó el sueño de independencia de la nación.

   Era Mendive director de la Escuela Primaria Superior de Varones, cuando Martí llegó a esa institución en 1865. El maestro descubrió un muchacho excepcional, lleno de sensibilidad y talento.

   Para el futuro de José, este encuentro sería luminoso. En la prédica del educador prevalecían el patriotismo, la ética, la dignidad y la justicia. Martí bebió de esos saberes.

   Con posterioridad, en el colegio San Pablo, fundado por Mendive e instalado en su propia vivienda en la Avenida del Prado, el adolescente pasaba horas, compartía con la familia, y en la biblioteca, y por medio de los libros, podía ampliar sus conocimientos.

   Para el profesor, hablar de historia, de la Patria, y de la opresión de la colonia española, no era fortuito, con ello se despertaban sentimientos y valores. No es de extrañar entonces que su vocación independentista nutriera el corazón de sus alumnos, y en particular, el de José para quien la libertad de su Cuba sería razón de ser.

   Martí se convirtió en su alumno predilecto. Con gusto, el adolescente colaboraba con el maestro en diversas tareas, entre estas, organización y limpieza de la escuela y en proyectos literarios.    

   En las cartas escritas por el Apóstol al educador existe esa evidencia.

   Así le manifiesta en una de esas misivas en 1868: “Todo el Colegio está limpio. He hecho que Salvador le quitara el polvo a todo y le pasara una vez la esponja; pero están tan sucios todos los bancos, las carpetas y pizarras que se necesita lavarlos otra vez, como le he dicho a Salvador que haga…”

   Y se despedía con respeto y afecto. “Hasta mañana, Sr. Mendive, y mande a su discípulo que lo quiere como un hijo”.

   En otra carta, ese propio año, le dice: “Yo no sé qué un padre generoso tenga que recordar a un hijo que le adora sus deberes. Por eso me asombró tanto su recado, cuando a cada instante daría por Vd. Mi vida que es de Vd. Y sólo de Vd. Y otras mil si tuviera”.

   Luego de los sucesos del Teatro Villanueva, en enero de 1869, Mendive cayó preso, después deportado a España.

   El 15 de enero de 1871, el jovencito tendría igual destino. Poco antes de su partida, redacta otra misiva a su querido profesor: “De aquí a dos horas embarco desterrado para España. Mucho he sufrido, pero tengo la convicción de que he sabido sufrir. Y si he tenido fuerzas para tanto y si me siento con fuerzas para ser verdaderamente hombre, sólo a Vd. lo debo y de Vd. y sólo de Vd. es cuánto de bueno y cariñoso tengo”.

   Ya para ese entonces, estaba escrito el destino de Martí, quien en posteriores escritos, evocaría a su profesor como ejemplo de patriotismo y sabiduría; el que le enseñó no solo a pensar desde lo profundo de su alma, sino a reconocer el poder de la palabra.