Santa Clara, 14 dic (ACN) A sus 69 años, Dominga Niebla Sánchez nunca había visto el agua avanzar con tanta ferocidad; lo que este sábado comenzó como una lluvia más en el municipio villaclareño de Sagua la Grande se transformó, en cuestión de minutos, en un torrente imparable que invadió el hogar, subió un metro y medio, y arrastró todo a su paso: «se anegaron las camas y colchones, se mojaron los equipos electrodomésticos y cayeron algunas paredes», declaró a la ACN.
Todavía entre los sollozos, la anciana compartió esos recuerdos que nunca quiso tener sobre la celeridad del desastre y la magnitud de las pérdidas materiales; sin embargo, con esa naturalidad propia del cubano y en plena actitud resiliente, pasó de forma súbita a contar sobre la respuesta solidaria de los vecinos y las autoridades.
«Susely, esa muchacha linda que dirige ahora el Partido, me prometió una casa nueva, y no tanto por la promesa, sino porque me recordó la grandeza de Fidel siempre junto al pueblo, es que pude recuperar la esperanza», aseguró ya con el dibujo de una sonrisa en el rostro.
Una historia similar vivió el joven Adrián Olmos Fleitas, quien fue despertado por su perrita asustada por la inundación; tras un breve respiro, la lluvia arreció con más fuerza, elevando el nivel otro metro, lo que afectó gravemente su casa y otras 15 de su barrio, cuyos dueños reciben, desde esta mañana, orientaciones precisas del gobierno para tramitar y comenzar la restauración.
Asimismo, en el cercano batey Héctor Rodríguez, Yadira Padín Fernández, alertada por inundaciones pasadas, vigilaba el tragante de su patio; un descuido de media hora bastó para que descubriera sus pies sumergidos en una corriente que arrastró alimentos, muebles, electrodomésticos y contaminó la única fuente de agua potable; pero su familia tampoco quedó desamparada, porque desde ayer mismo las autoridades garantizaron refugio seguro y comida.
A pesar del desalentador escenario, la resiliencia comunitaria encontró uno de sus símbolos en la panadería La Esperanza de Sitiecito; su administrador, Yunior Herrera Díaz, lideró una batalla contra el tiempo y el agua para proteger el sustento de miles de vecinos y, aunque se perdieron 22 sacos de harina, 72 kilogramos azúcar y 22 kilogramos sal, el esfuerzo coordinado de todos sus trabajadores logró salvar más del 85 por ciento de los insumos.
«Mañana arrancamos porque nuestro deber es darle pan al pueblo», comentó mientras aún dirigía la limpieza de los locales.
Ante la crisis, Susely Morfa González, primera secretaria del Partido Comunista de Cuba en Villa Clara, y la gobernadora Milaxy Yanet Sánchez Armas han mantenido una presencia constante en el terreno para, junto a autoridades municipales y fuerzas de rescate, organizar la protección ciudadana, evaluar los daños y gestionar desde hoy los recursos necesarios para la recuperación.
«Nuestras empresas e instituciones del Estado, acompañadas por las entidades del sector privado que quieran sumarse, auxiliaremos una vez a quien lo necesite, porque aquí en esta Revolución contamos todos», señaló la líder política.
Según el balance oficial, las inundaciones han dañado más de 160 viviendas en Sagua la Grande y Cifuentes, y las labores de protección han beneficiado a cerca de 700 personas, de las cuales 20 se alojan en centros estatales —incluyendo tres menores y cinco adultos mayores—, pues el resto encontró refugio en la solidaridad de familiares y amigos cercanos