El gesto de admiración de Fidel por los constructores cubanos   

Fidel Castro

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ACN - Cuba
Onelia Chaveco Fotos Archivo de ACN
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11 Agosto 2025

Cienfuegos, 11 ago (ACN) Muchos gestos hermosos tuvo el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a lo largo de su vida, pero en Cienfuegos se recuerda en particular aquel detalle cuando cambió su gorra verde olivo por el casco de constructor, en señal de respeto y admiración por quienes edifican grandes obras en Cuba.

   Era el 17 de julio de 1976, durante la inauguración del hotel Pasacaballos, frente a la bahía de Jagua, una instalación que soñó, ideó y supervisó constantemente hasta completar  la majestuosa construcción.

   Al momento de hacer la foto con el grupo de hombres y mujeres quienes habían levantado tamaña obra, Fidel estaba acompañado por Teófilo Suárez Oramas, el jefe de brigada que dirigió la edificación del inmueble y otros dirigentes de la provincia.

   Suárez Oramas contó hace varios años a la Agencia Cubana de Noticias, que sorprendió a todos porque fue un gesto rápido, pues el líder de la Revolución Cubana se despojó de su emblemática gorra guerrillera y la ofreció al fornido constructor, y a su vez Fidel tomó el casco y posó para la cámara del fotorreportero del periódico Granma.

   Teófilo relataba la anécdota con orgullo de quien protagonizó aquel intercambio con Fidel, y además por poder cumplir la azarosa tarea que demandó mas esfuerzo del concebido, porque la inversión se ubicó en el lugar más bello de la entrada a la bahía, pero en un lecho rocoso por el cual se requirió de una gran cantidad de explosivos a fin de enclavar los cimientos.

  Con los testimonios aportados por el viejo constructor, podía entenderse que el gesto del Comandante era un modo de rendir respeto a quienes laboraban de sol a sol, en la edificaciones de cientos de obras a lo largo de Cuba, en especial de Cienfuegos, a donde se desarrollaba un movimiento inversionista de los más grandes del país. 

    Dos años después de aquel acontecimiento, el cinco de diciembre de 1978, Fidel pronunciaba las palabras centrales  por el día del constructor en Cienfuegos, y resumía la larga lista de obras que acometían los llamados “Cascos Blancos”

   “Dentro del plan de construcciones del país, en Cienfuegos se concentra un amplio plan de inversiones que la convierte en una de las provincias de más intenso y sostenido desarrollo.

   “Durante el año 1978 se han concluido obras de significativa envergadura para la economía nacional, tales como la Unidad No. 3 de la Termoeléctrica "Carlos Manuel de Céspedes", que ha permitido incorporar al programa energético 169 megawatt; la fábrica de molino de trigo, con una capacidad de 600 toneladas diarias; una planta de fabricación de viviendas sistema IMS, con una capacidad de mil 500 viviendas por año. 

   “En total -dijo- se han terminado hasta el día de hoy, en esta provincia, 38 obras; y en lo que resta del año se incluirán nueve más, lo que hace un total de 47 obras terminadas este año”.

   Cienfuegos, como un polígono de la construcción, también asumió la mayor fábrica de cemento del país, un hospital clínico-quirúrgico de 630 camas, un combinado para riego por aspersión con capacidad de 9 mil kilómetros de tubos, además de la central electronuclear, que no se concluyó, y la Refinería de Petróleo, hoy en funcionamiento.

   Fidel supervisaba esas inversiones, una y otra vez, incluso acompañado de personalidades, como presidentes de diferentes países o delegaciones.

   Las imágenes son elocuentes de su inclinación por las labores  constructivas, porque en unas se le ha visto martillar el encofrado de una columna, en otras con pala en mano en los preparativos de mezcla de hormigón.

   Y se le veía tan orgulloso de la pujanza de aquel ejército de guerreros de “cascos blancos”, que, sin dudas, quiso poner uno sobre su cabeza como si fuera la preciada corona de laurel, aquel símbolo de victoria y excelencia de los triunfadores antiguos griegos y romanos.